El profesor Federico Sanz impartió una conferencia con motivo del cincuentenario de Mayo del 68 organizada por el decanato de la Facultad de Humanidades y Comunicación. Esta tarde el centro ofrece la proyección del documental histórico "Gran Soirs et Petits Matins", rodado durante los sucesos del mayo francés. La cinta será presentada, a las 19.30 horas, en el Aula de Romeros por el estudiante del grado en Historia y Patrimonio, Víctor Poza Martínez.
En su disertación Federico Sanz recordó que hace ahora 50 años tuvo lugar en Francia una revuelta estudiantil que, tras conectar con el movimiento obrero, desembocó en una huelga general indefinida que paralizó a Francia y puso en cuestión el sistema político de la V República. Los hechos se desarrollaron en mayo y se prolongaron, ya más apagados, en junio. Fue un periodo tan intenso como breve, pero su imaginario marcó a una generación.
Para este profesor el cuestionamiento del orden establecido se dio también en otros países, pero la fuerte carga ideológica del “Mayo francés” lo convirtió en un referente más allá de sus fronteras. En cada lugar los movimientos de contestación se enfrentaban a problemas específicos, pero ciertos elementos comunes los convirtieron en un fenómeno internacional.
Destacó tres aspectos fundamentales de este movimiento: el protagonismo de la juventud, la búsqueda de sociedades más humanizadas y el rechazo a la guerra de Vietnam.
“Es llamativo –dijo Federico Sanz- que el estallido se produjera en sociedades prósperas, las que en Europa occidental se habían creado tras la Segunda Guerra Mundial con el Estado del Bienestar; y en el Este, tras la reconstrucción posbélica. No se planteaban las tradicionales reivindicaciones obreras, sino propuestas para abrir nuevos escenarios de libertad y de oportunidades para un proyecto de vida propio”.
El sujeto de las revueltas ya no era la clase obrera, o no esencialmente, sino la juventud, sobre todo los universitarios. Aunque podemos entrever –aseguró- aspiraciones de mejora social, la crítica fundamental era política y moral. Tras su fracaso, dejaron una estela de transformaciones en la vida cotidiana que marcaron los años posteriores.
Doctor en Historia y Profesor Titular de Historia Contemporánea de la UBU, jubilado en 2016, el profesor colaborador de la UBU Federico Sanz ha desarrollado una intensa actividad docente en la Universidad de Burgos, así como en la vida política de nuestro país.
Desde sus estudios de Filosofía y Letras que finalizo en 1968, vivió toda esta época en que la universidad era un foco de inquietudes y contestación que desembocaron en grandes cambios que cambiaron pensamientos y actitudes sociales durante décadas.
Federico Sanz se incorporó al Colegio Universitario de Burgos en 1972, con un paréntesis en 1982 en que ejercicio como Diputado en el Congreso, participando como ponente en la Ley Reforma Universitaria y trabajó por cambios en enseñanza e investigación que desembocaron en una nueva universidad democrática.
Perteneció a las Comisiones de Defensa, Administraciones Públicas, de la que fue Presidente, y Educación. Desde esta última participó activamente en la implantación de nuevos centros y titulaciones en Burgos y, finalmente, en la creación de la Universidad burgalesa.
Tras abandonar la actividad política en Madrid, en 1996 regresó al mundo académico en la Facultad de Humanidades y Educación, de la que fue Decano. Ha participado activamente en los órganos universitarios (Claustro y Consejo de Gobierno) y fue Director del Departamento de Ciencias Históricas y Geografía. Entre sus publicaciones figuran las referidas a la historia de la Educación, relaciones internacionales y cuestiones de Burgos.