Admiración, alegría, maestra, amiga, profesionalidad, entusiasmo, pasión y vida han sido las palabras más repetidas en el homenaje que la Universidad de Burgos ha rendido a la a profesora Inés Praga Terente con motivo de su jubilación.
El Salón de Actos de la Facultad de Humanidades y Comunicación albergó el emotivo acto que sirvió para homenajear la figura de Inés Praga Terente, Catedrática de Filología Inglesa de la Universidad de Burgos, que ha destacado a lo largo de 45 años de carrera universitaria por su grandeza personal y profesional, cercanía y credibilidad.
El decano de la Facultad, Ignacio Fernández de Mata recordó como durante su carrera universitaria en Burgos Inés Praga ha sido una constante ya que “Inés ya estaba allí”, expresó su admiración y afecto por una amiga, compañera y maestra de quien destacó su compromiso, aliento y profesionalidad universitaria, “uno de esos maestros que abren y marcan nuevos horizontes”.
María Amor Barros, compañera del Área de Filología Inglesa, se expresó en términos similares y felicitó a la homenajeada por un júbilo bien merecido para una profesora entusiasta que siempre ha destacado por su pasión y extensa e intensa vida profesional, de la que resaltó su condición de Doctora Honoris Causa en literatura por la Universidad Nacional de Irlanda en Cork.
Del impresionante perfil de la profesora Praga es muestra la reciente creación por la Asociación Española de Estudios Irlandeses del Premios Inés Praga, para fomentar la investigación en este campo.
De la faceta como gestora de Inés Praga habló Cristina Zaldivar, responsable del Servicio de Relaciones Internacionales de la UBU, quien trabajo con la homenajeada en su etapa de directora del servicio y posteriormente de vicerrectora. Zaldivar resaltó el “perfil internacional de Inés, que lleva la internacionalización en el ADN y es una embajadora de la UBU en el mundo”. También recordó los tiempos de creación del servicio y el entusiasmo sin fin ante una labor apenas comenzada.
En su intervención Inés Praga se confesó enamorada de su profesión y manifestó haber disfrutado y sentirse muy orgullosa de su vida universitaria como docente e investigadora.
Nacida en la cuenca minera asturiana, en Sama de Langreo, hace 70 años recordó de su infancia haber aprendido a amar la narración “que presidia las reuniones familiares, esa cocina donde se contaban historias. Ese deleite en la palabra y hacer disfrutar de las historias que luego he aplicado en la docencia”. La afición por aprender, pese a no asistir al colegio hasta los 10 años, siempre estuvo presente en su infancia ya que ese placer y ese hábito es algo que considera imprescindible en la educación. “Crecer en la cuenca minera asturiana en tiempos del franquismo y conocer la lucha por la libertad de hombres y mujeres es algo que imprime carácter” reconoció.
Comenzó sus estudios universitarios de Filología Inglesa en Valladolid, motivada por conocer otros mundos, entre ellos la música, citando entre sus favoritos a Elvis Presley, Beatles, Rolling Stones, Leonard Cohen… De aquella época resalta la reafirmación de sus ideas e ideales.
Tras defender su tesis sobre Lewin Carrol en 1975 ingresa en el CUA de Burgos, en un momento de gran actividad y compañerismo que precedía a la creación de la UBU en la que descubrió la que sería la línea de investigación que marcaría su vida académica, la tradición autóctona irlandesa, comprometiéndose desde ese momento en su reivindicación y puesta en valor.
Como resumen de su intervención y balance señaló que nada es comparable al placer de adquirir conocimiento y compartirlo, un conocimiento que debe ir irremediablemente unido a la vida ya que se alimentan uno a otra. Reafirmó la lealtad a sus raíces y al magisterio recibido de su familia y su tierra y su confianza en irse con “dignidad probada”, algo que con frecuencia olvidan personas que son referentes de los jóvenes, “la honorabilidad y la ética como base y garante de todo”. Cerró su intervención afirmando ser una universitaria de corazón.
El rector de la UBU, Manuel Perez Mateos fue el último en intervenir y volvió a incidir en el entusiasmo, pasión, compromiso y vivir la vida con plenitud que simboliza Inés Praga, a quien además calificó de “crítica, peleona y reivindicativa, sin dejar a un lado la delicadeza y la sensibilidad”. Aludió a la época de creación de la UBU que ambos compartieron, calificándola de apasionante y que ha fructificado en una universidad de la que estar orgulloso en gran medida gracias al trabajo y esfuerzo de personas como Inés Praga, que además de ejercer una brillante labor docente e investigadora la impregna de humanismo. Como mayor reconocimiento que ha podido recibir la profesora Praga el rector señaló los numerosos alumnos que la recuerdan como “la mejor profesora de mi carrera”. Finalizó el acto con una entrega de obsequios y una animada canción irlandesa.