Este año se abordan temas diversos y que no ahondan tanto en los recurrentes de años pasados como la emigración, a excepción del corto Llueve en Ouaga, y es la mujer la que cobra gran protagonismo en varias de las historias contadas en este ciclo.
Cierta democratización del cine hace que surjan nuevos creadores que desde el continente africano tienen mucho que decir y ya no es noticia la excelente factura cinematográfica de las películas que componen este ciclo, si bien es cierto que se sigue contando con coproducción de diferentes países europeos y de países de oriente medio como Emiratos Árabes Unidos y Qatar.
Viajaremos a Burkina Faso, Egipto, Túnez, Kenia, Argelia, Marruecos y Zambia para vivir historias fascinantes que nos hablan del dolor de la partida del lugar de pertenencia, del fanatismo religioso, de cómo afrontar la enfermedad con imaginación, de vidas cotidianas para observar la realidad de un país, de precariedad, de supersticiones...
Ahora que es tan necesario conocer realidades de vida diferentes a la nuestra, este ciclo sigue siendo un pequeño grano de arena para abrir una ventana a un continente saqueado por las potencias occidentales y acercarnos a su cultura, deconstruir estereotipos y aportar conocimiento acerca de las múltiples realidades de África.