El Grupo de Compostaje de la UBU trabaja en la aplicación del compost a los suelos y en la recuperación de zonas degradadas
El Grupo de Compostaje de la Universidad de Burgos (Ubucomp) es un equipo multidisciplinar integrado por siete profesores del Área de Edafología y Química Agrícola, y varios más del Departamento de Química, del Área de Química Orgánica y también del Área de Ingeniería Química. El Grupo comenzó a rodar hace cinco años y sus investigaciones se centran en la aplicación agronómica y forestal de los residuos orgánicos, es decir compost, así como en la recuperación de suelos degradados.
Esta línea de investigación está dirigida a la determinación del efecto que la adición de diferentes residuos orgánicos tiene sobre la calidad del suelo y su contribución al incremento de producción de cultivos con finalidad alimentaria, energética o en la recuperación de suelos y espacios degradados.
Desde su creación, este equipo investigador de la Universidad de Burgos tienen un convenio con la Junta de Castilla y León, con la Consejería de Medio Ambiente, para la aplicación agronómica en parcelas de Villafruela, Melgar de Fernamental y San Martín de Rubiales, además también han realizado la recuperación de un suelo degradado por un incendio, en el Monte de la Abadesa, y de otro como consecuencia de las obras de la autovía Burgos-León con compost de residuo urbano.
«En Villagonzalo Pedernales también tenemos otra experiencia con cerezos y arces con compost de residuo urbano en el hoyo de la planta», apunta Mila Navarro, profesora del Área de Edafología y Química Agrícola, quien señala que ahora, gracias al convenio con el Consorcio Provincial de Gestión de Residuos de Burgos, realizarán en breve una aplicación del compost en viñas, en concreto en un viñedo de los Gabrielistas en La Aguilera, en este caso con cubierta vegetal y diferentes dosis, «para ver como esta cubierta vegetal mejora las propiedades físicas y químicas del suelo, así como la calidad de la uva».
Además de esta experiencia en viña, el equipo investigador tiene previsto llevar a cabo otras en un cultivo de patata (zona de Basconcillos del Tozo) y de girasol (en la Bureba). «Se trata de ver la viabilidad de este compost, sustituirlo en parte por el fertilizante mineral, en la medida que se pueda, y en abono de fondo sustituirlo en su totalidad para mejorar las propiedades del suelo, evitando en todo momento la posible contaminación del mismo o del medio ambiente, acuíferos, ríos y de la flora y fauna», afirma Navarro.
El Grupo de Investigación en Compostaje lleva varios años trabajando en este campo y ponen a disposición de los agricultores una página web (www.ubucomp.com) en la que se pone a disposición de los agricultores un buzón para que puedan realizar cualquier consulta y se muestran las aplicaciones agronómicas que ya están en marcha. Además, este equipo de investigadores realiza jornadas y cursos de difusión de todo lo que están haciendo.
«No conduce a nada que administraciones y organismos gasten un dinero en investigación si al final ésta se pierde y no llega al agricultor», declara la profesora Navarro, quien considera fundamental «convencer» a los agricultores, «desde el rigor y la verdad que estos compost se pueden aplicar. Nosotros no tenemos problemas cuando vemos que ese mismo compost nos es apto u óptimo para agricultura el decirlo».
La intención del equipo multidisciplinar de la UBU es, tras las próximas investigaciones con esos tres cultivos diferentes, hacer una guía orientativa para «decirle al agricultor en qué parcelas, en qué suelos y para qué cultivos, es conveniente aplicar estas enmiendas orgánicas».