Las posibles respuestas al calentamiento global incluyen la mitigación mediante la reducción de las emisiones, la adaptación a sus efectos, la construcción de sistemas resilientes a sus impactos y una posible ingeniería climática futura. La mayoría de los países son parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), cuyo objetivo último es prevenir un cambio climático antrópico peligroso. La CMNUCC ha adoptado una serie de políticas destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y ayudar en la adaptación al calentamiento global. Los miembros de la CMNUCC han acordado que se requieren grandes reducciones en las emisiones y que el calentamiento global futuro debe limitarse muy por debajo de 2,0 °C con respecto al nivel preindustrial con esfuerzos para limitarlo a 1,5 °C.
La mitigación agrupa al conjunto de estrategias orientadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano, que son el alimento del cambio climático.
Sin embargo, muchas actividades humanas o el funcionamiento de determinadas empresas no pueden reducir a día de hoy sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero de forma tan intensa como quisieran o como les determinan las administraciones o los acuerdos de mitigación. En estas situaciones, existe una alternativa que es conocida como Compensación de Emisiones y tiene el objetivo de conseguir un balance neto de emisiones igual a cero o cercano a él.
Compensar emisiones, significa invertir en proyectos que, o bien reducen la cantidad de CO2 en la atmósfera, o bien evitan la emisión de más CO2. Esta inversión consiste en aportaciones económicas voluntarias proporcionales a las toneladas de CO2 que un ciudadano u organización emiten en un periodo de tiempo determinado (un año, normalmente).
Los proyectos pueden ser muy diferentes, pero todos deben contribuir a mitigar el cambio climático. Así por ejemplo, puede invertirse en iniciativas de reforestación, de mejora de prácticas agrícolas, de energías renovables, eficiencia energética o de tratamiento de residuos.
Además, los proyectos pueden desarrollarse en España o en otros países (lo más habitual es que se realicen en países en desarrollo), pero todos tienen en común que, además de ayudar a mitigar el cambio climático suponen un importante beneficio social para las regiones o comunidades donde se desarrollan (generación de puestos de trabajo, mejoras en salud, en seguridad alimentaria...) y contribuyen a proteger, conservar y mejorar la Biodiversidad.