Eduardo Méndez Quintas, doctorando del Programa Evolución Humana, Paleoecología del Cuaternario y técnicas geofísicas aplicadas a la investigación, defenderá su tesis doctoral titulada Caracterización y variabilidad tecnomorfológica de las industrias achelenses de la Cuenca Baja del río Miño (N.O. de la península Ibérica). Esta tesis ha sido dirigida por los profesores Manuel Santonja Gómez y Alfredo Pérez González.
El conocimiento del poblamiento humano durante el Pleistoceno Medio en el NW peninsular era francamente escaso y en ocasiones fue considerado atípico y anacrónico en el contexto de la Europa Occidental. A esta problemática no ayudó conclusiones presentadas sobre las investigaciones desarrolladas durante los años 60 en el yacimiento de Gándaras de Budiño, que no hicieron más que lastrar el futuro de la investigación de esta etapa de la Prehistoria en Galicia.
Con esta tesis doctoral, se vienen a superar estas problemáticas iniciales con el planteamiento de una secuencia de poblamiento humano equiparable en cronología y en características tecnológicas al resto de la Península Ibérica. Este trabajo se ha basado en la identificación de los depósitos pleistocenos de la cuenca baja del río Miño y la correlación de yacimientos con tecnología achelense a estos depósitos. Esto ha permitido reconocer la existencia de importantes yacimientos, como los de Porto Maior y Arbo, los cuales han sido excavados en el contexto de estas investigaciones. Estos yacimientos cubrirían un rango cronológico comprendido entre los 300.000 y 100.000 años y serían las evidencias bien datadas más antiguas de presencia humana en esta región.
En el yacimiento de Porto Maior, con una cronología comprendida entre los 270.000 y los 240.000 años, se ha identificado el único caso conocido en Europa de escenario de ocupación caracterizado por grandes acumulaciones de configurados achelense. Este tipo de lugares únicamente se habían reconocidos en el continente africano y Oriente Próximo. Las características de la ocupación y las condiciones tecnológicas de este yacimiento reafirman la conexión entre el achelense ibérico y africano y suscita nuevas preguntas sobre el proceso de poblamiento humano del SW de Europa durante el Pleistoceno Medio. De la misma manera, el yacimiento de Arbo, con una cronología próxima a los 100.000 años, es uno de los ejemplos más recientes de la tecnología achelense en el occidente europeo y al igual que el yacimiento de Porto Maior, inciden en la problemática de la coexistencia del tecnocomplejo achelense y musteriense en la Península Ibérica.