Javier Palacios Gómez, doctorando del programa en Educación, defiende el martes, 25 de marzo, su tesis doctoral titulada “Análisis de la construcción de la identidad profesional de un docente de Educación Física a través de su práctica educativa”. Esta tesis ha sido dirigida por David Hortigüela Alcalá y Alejandra Hernando Garijo.
La defensa tendrá lugar, a las 16:00 h, de forma presencial en el Salón de actos de la Facultad de Educación.
Este estudio analiza cómo un profesor de Educación Física (EF) construye su identidad profesional a lo largo de su experiencia docente. Se centra en dos aspectos clave: el aprendizaje percibido y los miedos e inseguridades, tanto del docente como del alumnado. La identidad profesional no es algo fijo, sino que se transforma constantemente con la práctica, la interacción con los estudiantes y la reflexión sobre la enseñanza.
La investigación sigue un enfoque cualitativo y autoetnográfico, realizado durante los cursos 2019/2020 y 2020/2021 con un profesor de EF y su alumnado de Primaria (9-12 años). A través de relatos autobiográficos y autoobservación, se identificaron los factores que influyen en la evolución del docente, destacando la importancia de la reflexión como herramienta de mejora.
Uno de los ejes principales es el aprendizaje percibido. En el caso del profesor, se analiza cómo su enseñanza cambia con la aplicación de metodologías pedagógicas y la adaptación a las necesidades del alumnado. Para los estudiantes, se estudia cómo estas estrategias les ayudan a reflexionar sobre su proceso de aprendizaje, reconocer sus fortalezas y debilidades, y valorar su progreso.
El estudio también aborda el papel de los miedos e inseguridades en la práctica educativa. El docente enfrenta retos como la aplicación de nuevas metodologías, la gestión del aula y la presión de cumplir con las expectativas educativas. Sin embargo, estos desafíos pueden convertirse en oportunidades de crecimiento profesional. En cuanto al alumnado, sus inseguridades están relacionadas con su habilidad motriz, la comparación con sus compañeros y la exposición física en EF. Estas emociones pueden afectar su implicación en las clases, pero también representan una oportunidad para que el docente adapte su enseñanza y fomente un ambiente de aprendizaje más inclusivo.
Los resultados muestran que la combinación entre aprendizaje percibido y gestión de inseguridades permite desarrollar un enfoque de enseñanza más reflexivo y flexible. Este modelo facilita la implementación de estrategias innovadoras y el ajuste de la identidad profesional del docente en función de la práctica y los resultados observados. Además, promueve en los estudiantes una mayor confianza y autonomía, ayudándolos a superar sus miedos y mejorar su relación con la asignatura.
Por último, la investigación subraya que la EF no solo contribuye al desarrollo de habilidades motrices, sino que también es un espacio clave para la enseñanza de valores, la socialización y el crecimiento personal. Desde esta perspectiva, el docente se convierte en un agente de cambio que impacta en la educación y el desarrollo integral del alumnado.