Natalia García Redondo, doctoranda del Programa de Evolución Humana, Paleoecología del Cuaternario y Técnicas Geofísicas Aplicadas a la Investigación (interuniversitario), defenderá su tesis doctoral titulada "Estudios arqueomagnéticos y de arqueointensidad en materiales arqueológicos quemados de la Península Ibérica y el Cáucaso". Esta tesis ha sido dirigida por Manuel Calvo Rathert y Ángel Carrancho Alonso.
La defensa tendrá lugar el lunes, 22 de mayo, a partir de las 10:30 h. en la Sala de Reuniones nº1 de la Escuela Politécnica Superior en el Campus del Vena.
La Tierra tiene un campo magnético que varía. Esta variación, que se produce tanto en su dirección como en su intensidad, se conoce con el nombre de variación secular y muestra ciertas diferencias en regiones diferentes. Los materiales arqueológicos quemados a altas temperaturas como hornos, hogares, cerámicas, etc. son capaces de registrarla. Si conocemos la edad de un material arqueológico quemado y estudiamos el registro magnético que hay en él, podemos asignar esa edad a la variación del campo. A partir del estudio del registro del campo magnético terrestre en materiales arqueológicos quemados previamente datados se han podido elaborar curvas que describen las variaciones del campo magnético terrestre con el tiempo para distintas áreas del mundo, como la península ibérica, las islas británicas, Francia, etc.
Si disponemos de un material arqueológico quemado cuya edad desconocemos y estudiamos el campo magnético registrado en él y lo comparamos con la curva de variación del campo magnético para su región, podemos conocer la edad de este material. Este método se conoce como datación arqueomagnética, y nos permitirá conocer, en concreto, en qué momento se produjo el último calentamiento del material arqueológico estudiado.
Los materiales arqueológicos quemados que se han estudiado en esta tesis proceden tanto de la península ibérica como del Cáucaso. Cronológicamente abarcan periodos prehistóricos (Neolítico, Calcolítico, Edad del Bronce y Edad del Hierro) e históricos (Edad Antigua y Edad Media). Estos materiales son hornos, hogares, cerámicas, fragmentos de barro cocido procedentes de hoyos y escorias.
El estudio de la dirección y de la intensidad registrada en estos materiales nos ha permitido datar arqueomagnéticamente (conocer en qué momento se produjo el último calentamiento) 6 hornos y hogares de la península ibérica y 9 del Cáucaso. Todos estos datos direccionales y de intensidad junto con otros 24 datos de intensidad obtenidos de cerámicas prehistóricas y fragmentos quemados de hoyos podrán ser incluidos en las bases de datos que recopilan cómo ha variado el campo magnético de la Tierra en ambas regiones estudiadas. Con ello, además de aumentar el conocimiento que tenemos acerca de estas variaciones y mejorar la calidad de las propias bases de datos, también se incrementará la precisión de las dataciones arqueomagnéticas. Esto es especialmente valioso para el Cáucaso, donde los datos existentes de calidad son muy escasos.
En la tesis se ha abordado la datación, mediante arqueomagnetismo, del último uso y potencial abandono de estructuras de combustión de diversa edad y naturaleza. La datación arqueomagnética del “Cerro de San Vicente” en (Salamanca) indica que el último uso del hogar central fue, muy probablemente, entre el 654 – 575 a.C., siendo esta una de las fechas más precisas que hay para mediados del 1er milenio a.C., en Europa occidental. La datación arqueomagnética del horno de “Casa del Mitreo”, en Mérida, ha indicado que, muy probablemente, la última vez que se utilizó este horno fue en torno al S. I d.C. Las fechas de abandono de los dos hogares de “La Pudia” (Burgos) están datadas arqueomagnéticamente entre finales del S.IX y la 1ª mitad del S.XI d.C., mientras que la de los dos hornos también medievales de “Cevico Navero”, en Palencia, fue en torno al S. XIV d.C. Las dataciones arqueomagnéticas realizadas en las 9 estructuras del Cáucaso abarcan un amplio rango temporal, desde el S. XII a.C hasta el S. II a.C.
Un aspecto importante de esta tesis ha sido la comparación de cómo ha variado la intensidad del campo magnético de la Tierra en la península ibérica y en el Cáucaso entre la Edad del Bronce y la Edad del Hierro. Cabe destacar la observación de un aumento muy fuerte y rápido de la intensidad del campo magnético de la Tierra (la intensidad llegó observada casi duplica la que tenemos actualmente) que se desplaza desde el Cáucaso hacia a la península ibérica entre el año 1000 y el 600 a.C. aproximadamente.