Mohammad Qandalee es el primer investigador iraní que recibe la Universidad de Burgos. Doctor en Química Orgánica por la Universidad de Mazandaran, el científico se incorporó el pasado verano al grupo de investigación que coordina Tomás Torroba como experimentalista avanzado con experiencia en reacciones multicomponente gracias a las Ayudas para Investigadores Visitantes que coordina el Campus de Excelencia Internacional (CEI Triangular-E3).
Su trabajo se ha enmarcado en el proyecto de investigación Desarrollo de materiales fluorogénicos nanoestructurados para la detección de toxinas agroalimentarias de origen bacteriano y estudio de su acción celular (FLUOTOXIN) de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León, según ha explicado hoy al vicerrector de Investigación y Transferencia del Conocimiento, José Miguel García Pérez, en una reunión mantenida junto al profesor y catedrático de Química Orgánica Tomás Torroba.
Durante su estancia, Qandalee se ha centrado en la síntesis de compuestos orientados al estudio de la actividad de nuevos materiales sintetizados frente a cadenas de ADN de hélice cuádruple, estructuras secundarias de ácidos nucleicos interesantes para el control del envejecimiento y de enfermedades genéticas y cáncer, en estrecha colaboración con el grupo de la Profesora Begoña García Ruiz, especializada en estudios de interacción con ADN.
“El proceso que desarrollamos es completamente innovador –comenta Qandalee- y ha permitido conectar mi especialización en Irán y el proyecto que lidera Torroba. En primer lugar, sintetizamos algunos Furanos Heterocíclicos Fluorescentes para conseguir una reacción de acoplamiento para la síntesis de nuevas sondas fluorescentes que pueden ser una conexión de nuestros dos campos. El resultado de este trabajo puede considerarse como un nuevo sensor fluorescente interesante en química de detección y cuantificación”
Respecto a las diferencias entre ser investigador en Irán y en España, Qandalee comenta que los procedimientos en Química Orgánica son muy parecidos, pero que las universidades españolas marcan la diferencia por la calidad de los equipos empleados y materiales, especialmente en los últimos años.