La eterna sonrisa blanca de la que hablaba Félix Rodríguez de la Fuente al referirse al rostro de un lobo recorrió ayer el vestíbulo y el salón de estudios de la residencia universitaria Camino de Santiago. Cinco sonrisas, cinco lobos grises procedentes de los Cárpatos, nacidos y criados en cautividad, fueron los verdaderos y sorprendentes protagonistas del “Taller con Lobos” impartido por Luis Ramos y su equipo de colaboradores a una veintena de residentes universitarios de la Universidad de Burgos.
Ramos recordó que al pozano Félix Rodríguez de la Fuente, doctor honoris causa de la UBU, se debe el cambio de consideración de los lobos en España. Gracias a su labor divulgativa logró que esta especie dejara de ser considerada “alimaña” a la que había que exterminar y pasase a ser, en 1971, especie cinegética, regulándose así su caza. El pasado 20 de septiembre, el lobo ibérico, la especie autóctona española, pasó a ser especie protegida, quedando prohibida su caza y abierta la polémica sobre cómo controlar una previsible superpoblación.
La morfología y características físicas de las distintas especies de lobo, fruto de su extraordinaria capacidad de adaptación a distintos climas, su determinante importancia en la cadena trófica que influye no sólo sobre el resto de la fauna si no también sobre el paisaje vegetal de los entornos en los que vive, los patrones conductuales que asumen los miembros de una manada y sus técnicas de caza grupal fueron algunos de los temas sobre los que los estudiantes se informaron de la mano de los expertos.
Mientras lo hacían y los residentes aprendían a conocer a este fascinante animal, los lobos caminaban entre sus sillas, convirtiendo por un día el Camino de Santiago en un escenario digno de un capítulo del “Hombre y la Tierra”.