Exposición "ULTREIA e SUSEIA", Imágenes de Rodrigo Petrella / Edificio Biblioteca Universitaria
Desde el 19 de Noviembre y hasta el día 16 de enero de 2010, en la Biblioteca Universitaria se exponen imágenes de la monumentalida del Camino a través de la visión de Rodrigo Petrella
El Camino de Santiago ha sido y es uno de los referentes espirituales y culturales de nuestra Comunidad Autónoma. Burgos ha tenido un papel fundamental en el itinerario jacobeo, no sólo por ser una de las ciudades más importantes del mismo sino porque su propia configuración urbana y algunos de sus más notables edificios aparecen ligados a las peregrinaciones.
El Hospital del Rey, sede de la Universidad de Burgos, fue uno de los centros asistenciales más sobresalientes a lo largo del Camino. En el pasado, acogió a peregrinos españoles y extranjeros. Esa vocación secular de servicio se transforma hoy en vocación docente. Sus aulas y patios son lugar de convivencia de alumnos de distintas procedencias que tienen en este magnífico edificio un lugar de encuentro como lo tuvieron ayer, en los mismos espacios, aquellos que acudían a Compostela y que hacían aquí una reparadora parada.
Como Rector de la Universidad de Burgos, es un placer para mí presentar la Exposición sobre las experiencias visuales de Rodrigo Petrella y de Eduardo Margareto, afamados fotógrafos, que han recorrido los pueblos jacobeos a la búsqueda de la esencia del Camino y que han sabido plasmar en bellas y poéticas imágenes parajes, edificios y personas que viven de manera singular el mundo de las peregrinaciones.
Gracias a esta Exposición -que llega a nuestra Sala de Exposiciones merced al impulso de la Junta de Castilla y León- la Universidad de Burgos, construida a la vera del Camino de Santiago, revive su vocación por todo lo jacobeo en esta antesala del nuevo Año Santo Compostelano.
Alfonso Murillo Villar
Rector de la Universidad de Burgos
RODRIGO PETRELLA
No sería completa nuestra visión del Camino de Santiago si no pudiéramos contrastarla con la mirada de los "otros", la de los que nos visitan. La alteridad de Rodrigo Petrella nos permite recuperar las imágenes de la monumentalidad del Camino y romper la indiferencia que produce la cotidianeidad
de lo bello.
Al observar su trabajo en blanco y negro recordamos, de alguna manera, aquel tiempo en el que las fotografías fueron consideradas un milagro, algo mágico, los llamados espejos de sombras, láminas donde lo representado tenía la apariencia de los objetos, de los paisajes, de las personas, y esta "realidad", aunque le faltara el colorido de la naturaleza, suscitaba emociones y recuerdos en el espectador. Eran pequeñas cápsulas de la memoria que preservaban el aspecto de las cosas.
Muchos fotógrafos brasileños como Sebastiao Salgado, Mario Cravo Neto, Maureen Bisilliat, Claudia Andujar, y el gran Pierre Fatumbi1 Verger maestro de tantos de ellos, conscientes del potencial emocional del blanco y negro, iniciaron un largo romance con esas escalas de grises y negros que tantos secretos encierran aún. Rodrigo Petrella, que confiesa sin rubor su fascinación por los trabajos de Edward Weston, ha sucumbido también a su uso para explotar sus cualidades expresivas.
Formado entre los paisajes y retratos urbanos de Nueva York con Michel Comte, abandonó la megalópolis para adentrarse, los últimos cinco años, en lo más profundo de los pueblos y culturas ancestrales de Brasil y trabajar en plena selva amazónica, en los confines de nuestra civilización occidental y, la mayoría de las veces, fuera de ella. Este alto en su proyecto, este tiempo de reflexión que el Camino de Santiago le ha ofrecido lejos de la cosmópolis neoyorkina y la maloca amazónica, aportan a su trabajo una visión complementaria, una visión donde el ritmo del Camino, fuera del vértigo contemporáneo de los rascacielos y la atemporalidad primitiva de la selva, aflora en sus fotografías a través de una poética muy particular, quizás melancólica y seguramente nostálgica, transmitiéndonos la sensación de que estamos viendo los restos del esplendor de cierta época pasada que se niega a desaparecer.