“Estoy tan cerca que no me ves”, rezaban los carteles situados esta mañana en el Auditorio de la Facultad de Educación durante la presentación del libro 36 escalones. Historias del silencio editado por Cáritas, en el que han participado dos personas que han superado obstáculos y en la otra cara, tres personas que han querido contar su historia.
Entre ellos dos profesores de la Facultad de Educación de la Universidad de Burgos, Raúl Urbina y Rafael Calvo de León, así como el escritor Guillermo Jiménez, egresado de Educación Social de la Universidad de Burgos, que han intervenidodo en el acto y dos protagonistas de estas historias Julio García y Andrés Fuentes. Durante el acto ha intervenido el responsable de Programa sin hogar de Cáritas, David Alonso, que se ha referido a los diferentes programas, recursos y proyectos educativos destinados a las personas sin hogar de Cáritas.
Los alumnos de la Facultad de Educación han tenido la oportunidad de conocer y acercarse a esta realidad social de aquellas personas que “tienen un techo”, pero no un hogar. Alonso ha dado pinceladas del trabajo que realizan y de los protagonistas de estas 36 historias que evidencian las desigualdades sociales.
Siguiendo la narración de relatos cortos, 36 escalones es un cúmulo de vivencias que muestran la injusta realidad de la vida y que tienen voz en el papel de esta obra, vidas que de una manera o de otra se han visto truncadas por un fatal destino y malas decisiones, pero que con la ayuda de Cáritas han conseguido salir a flote, no sin dificultades.
En el año 2018 Cáritas atendió a 1.200 personas en Burgos, una ciudad de paso, para personas de diferentes tipologías, que van del Magreb a Francia, con trabajos alternativos y poco estables, según dijo Alonso.
El responsable de estos programas ha detallado el trabajo que realiza Cáritas en el Hogar de San Francisco, que cuenta con 40 plazas cubiertas durante todo el año, dividido en dos partes, el centro de acogida temporal y el espacio destinado a las personas de paso; la iniciativa Café Calor de grupos de voluntarios que salen con una mochila a visitar y ofrecer café a las personas que duermen en la calle, los pisos tutelados o el proyecto pionero Housing First, basado en un modelo norteamericano, diseñado como consecuencia de la ola de frío que asoló a Burgos en 2012 en la que murieron cuatro personas. Este programa consiste en subvertir el actual sistema de trabajo con los sintecho - el que les dirige paso a paso desde la calle a la unidad de mínima exigencia; de ahí al albergue y más tarde a un piso tutelado- y buscarles de forma inmediata una casa digna. Es decir, pasan directamente de la calle a una vivienda y hacen el proceso acompañados por personal cualificado y voluntariado; y también habló de la UME un lugar donde los sin techo pueden dormir, ducharse y tener un desayuno caliente.
Por el programa Housing First han pasado ya treinta personas, de las cuales cuatro han fallecido y 2 se han salido, lo que refleja que es una buena iniciativa. Y también se refirió al trabajo que realizan con las personas excarceladas. “En Cáritas -dijo- estamos acostumbrados a ser servidores de necesidades básicas” y muchas veces lo que nos piden es amistad, afecto, emoción, búsqueda de empleo y otras necesidad. Alonso abogó por trabajar esos aspectos y evolucionar en el proceso de las personas empatizando con sus situaciones.
El objetivo ayudar a empoderarles y a generar lazos sociales que ayuden a su participación digna en esta sociedad.