La burgalesa María Sedano actuará el próximo martes en el último de los Conciertos Jacobeos de este verano y presentará su primer disco “Soledades”, nacido del amor a la música, a la familia, a los amigos y a sus raíces.
- Texto e imágenes: Ainhoa Roa Gorostidi
María entra decidida por la Puerta de Romeros que da acceso al patio del Hospital del Rey. Saluda sonriente y observa a su alrededor la sinuosidad de los arcos de piedra de los que cuelgan largas cortinas rojas. Antes de comenzar la entrevista, posa frente a la cámara sentada en el escenario en el que dará su concierto.
El sol golpea el patio con fuerza, así que nos reunimos en una mesa bajo la sombra de la cafetería de la facultad. La cantante pide un café, parece cómoda y no deja de reír.
La estrecha vinculación con su abuela María – a quien dedica su primer disco -, con su pueblo, Ahedo del Butrón, como símbolos de un mundo de recuerdos y experiencias que se pierden cada vez que desaparece una de estas personas; impregna cada frase durante la entrevista.
¿De dónde y cuándo nace tu pasión por la música?
Mi pasión por la música y por cantar viene desde antes de que pueda recordar. En mi casa la música ha estado presente desde que nací, siempre ha habido gente cantando y tocando. La música es una cosa que asocio a la felicidad, especialmente el cantar, ya que es lo que hacía en el pueblo, en mi casa. Estudié clarinete en el conservatorio de Burgos, y como cantar siempre había sido algo innato para mí me puse a estudiar “Canto Jazz”, en el superior de San Sebastián. Con el clarinete no sentía la misma conexión que con el canto, pues el segundo me resultaba más fácil y natural y decidí que era lo mío.
Creo que hay que hacer las cosas que tú sientes, aunque luego tengas que esforzarte mucho. Sobre todo, si es algo que tiene tantas cosas buenas como puede ser la música.
¿Cuál es el recuerdo más preciado de tu carrera musical?
Tengo muchos, pero por ejemplo la fiesta en Navidad que se hace en mi casa, en Ahedo del Butrón, en el día de Reyes es uno por los que quise dedicarme a la música. Van todos los amigos de mis padres, y ahora también los nuestros, y nos juntamos a tocar sin pretensiones, con el único objetivo de disfrutar.
Otro es la sensación que me invade cada vez que me subo al escenario. Después de pasar por la ansiedad, el estrés y las inseguridades que genera organizar un concierto, todo se compensa con este sentimiento. Cantar ante el público me hace volar, de repente siento la magia y una sensación de que pertenezco a ese lugar y de que todo tiene sentido.
¿Actualmente compatibilizas tu carrera musical con algún otro trabajo?
También soy profesora de canto en una escuela de música moderna en Madrid. Estudié Magisterio en la Universidad de Burgos y la enseñanza es la otra cosa que me completa, me encanta dar clases. Vivo experiencias súper bonitas, veo a mis alumnos emocionarse, llorar y desbloquear cosas que tienen que ver con algo mucho más profundo que el hecho de cantar bien una canción.
¿Cómo definirías tu estilo musical?
Para mí lo más importante es transmitir emociones, y por eso intento remover las tripas del público, procuro que conecten con cosas internas y que salgan con algo cambiado. Es por eso que canto principalmente en castellano, porque es en el idioma en el que yo sé transmitir mejor. Con las letras de las canciones selecciono el mensaje que quiero transmitir y lo ensalzamos con la música, empleando todas las herramientas que he aprendido, el jazz, la música tradicional de mi infancia, que es un tesoro...
¿Cuáles han sido tus sensaciones al sacar a la luz tu primer álbum “Soledades”?
Este es un álbum dedicado a mi abuela María. Con su muerte y la de mis otros abuelos he sentido la pérdida de una generación que representan muchas cosas, una generación que ha vivido una vida completamente distinta a la nuestra, relacionada con el mundo rural, cuyos recuerdos estamos perdiendo.
María era una mujer de una resiliencia extraordinaria, con la que tenía una relación muy especial, para mí representaba el amor absoluto e incondicional, era sentir casa y seguridad y elegí las canciones pensando en ella.
Es un disco que habla de la pérdida de un ser querido y del amor, de ese proceso por el que pasamos, pero también habla de la soledad en otro aspecto, del camino que cada uno sigue para llegar a la aceptación, cuando estamos bien con nosotros mismos y sabemos estar solos.
La soledad es el tema transversal que une una serie de canciones muy dispares, pero no es un álbum negativo ni triste, tiene un punto melancólico y mucha luz.
¿Cómo ha sido el proceso de crear este disco?
Cuando sacas un disco, ves todas las vulnerabilidades que tienes y por eso estoy muy orgullosa de haberlo terminado, pese a los errores que pueda haber cometido, porque he aprendido muchísimo en todo el proceso, pero si no lo haces, no aprendes y eso es lo principal para mí. También he tenido el apoyo incondicional de los músicos que me han acompañado en el proceso, que han sido Darío Guibert y César de Frías, además de Alex Huelves, y mucha más gente, como Erik Niemitz, Víctor Antón, Toni Mora, que no grabó el disco, pero que está ahora con nosotros…sin ellos hubiera sido imposible sacar adelante un disco que nació justo antes de la cuarentena.
Una de las canciones “La mujer esqueleto”, me da la sensación de que tiene un mensaje feminista
Lo tiene. Para mí, mi abuela era una feminista, aunque ella no lo supiese, lo que pasa es que vivió en un en un ambiente condicionado por factores como la religión. “La mujer esqueleto” es una canción que salió de un cuento tradicional inuit, que habla de una mujer que no necesita a otra persona o cosa para completarse, sino que aprende a estar bien con sus heridas.
¿Qué acogida esperas en los Jacobeos ya que estás tocando en tu ciudad?
Se que me voy a sentir como en casa y creo que va a ser un concierto muy especial, la última vez que tocamos en los Jacobeos fue el primer concierto con Darío y César, volver después de tantos años con ellos y presentando mi disco es muy emocionante. Además, la belleza siempre me ayuda a inspirarme y el lugar en el que voy a tocar, el Patio Romeros de la Universidad de Burgos, es precioso.
¿Ves una diferencia entre Madrid y Burgos dentro del ámbito musical?
Aunque no vivo en Burgos, en el ámbito musical veo más unión y un ambiente más familiar, sobre todo entre la gente más joven, que está generando algo muy especial. También me pasa que soy una persona a la que le gustan los sitios pequeños, a mí Madrid me supera un poco.
¿Cuál crees que debe ser el papel de las instituciones como la Universidad respecto a artistas locales y especialmente, tras la pandemia?
Siempre me he sentido muy apoyada por la Universidad de Burgos, por el Ayuntamiento y especialmente por Caja de Burgos. Si dices que eres de Burgos prácticamente tienes la puerta abierta, eso en las ciudades grandes no pasa.
Creo que hay que apoyar la cultura, lo que tiene que ver con el arte es lo que nos diferencia de los animales, es lo que nos hace ser humanos, lo que nos hace emocionarnos, reírnos o llorar y lo necesitamos. Tras la pandemia, es un momento de primavera y hay mucha gente con ganas de "florecer" y eso hay que potenciarlo.
Por último, tú, que estás muy vinculada a tu pueblo, Ahedo del Butrón, ¿cómo ves el papel de la cultura para fomentar el desarrollo del mundo rural y colaborar con la lucha frente a la despoblación?
Puedo hablar de Merindades, que es lo que más conozco, y se está demostrando que lo cultural ayuda y genera movimiento, hace que la gente acuda a los pueblos y vea lo que son, la maravilla de lo que se puede vivir en ellos. Por ejemplo, en Ahedo hemos hecho un curso de improvisación y música moderna, en Frías se celebra el Wim, el Artim en Espinosa, está Radio Valdivielso...que generan conexiones entre los pueblos. Muchas de estas actividades veraniegas se orientan a niños, porque si viven una experiencia positiva de pequeños vuelves de mayores y eso está demostrado.
La gente de la zona debe darse cuenta de que merece la pena apoyar estas actividades, porque reviven las zonas rurales.
María se despide emplazándonos a acudir al Hospital del Rey el próximo martes a partir de las 20:15 h, para asistir a un concierto que se adivina lleno de cercanía y buena música.