Investigadores de la Universidad de Burgos y de la Universidad del Quindío (Colombia) han publicado un estudio en una prestigiosa revista de educación científica –la International Journal of Science Education– que cuestiona el protocolo de recogida de datos denominado Dibuja un Científico (DAST, por sus siglas en inglés del Draw a Scientist Test). Dicha colaboración se ha desarrollado en el marco de un convenio establecido entre ambas universidades, coordinado por la profesora e investigadora Martha Lucía Orozco Gómez (Universidad de Burgos) y por la profesora e investigadora Alba Carolina Molano Niño (Universidad de Quindío), siendo un esfuerzo más conjunto que sigue fortaleciendo os lazos internacionales establecidos.
Durante más de 5 décadas, el DAST ha sido el instrumento más utilizado para identificar imágenes estereotipadas sobre los científicos en niños y adultos. El protocolo pide al encuestado que imagine que va de viaje para ver cómo se hace ciencia y que haga un dibujo de quién hace ciencia, cómo es, dónde trabaja y qué hace. Las producciones de los encuestados se analizan en busca de indicadores estereotipados, como las batas de laboratorio, el sexo masculino, las gafas, el vello facial o la realización de experimentos peligrosos.
Este protocolo se fundamenta en una premisa no contrastada empíricamente: la realización de dibujos estereotipados estaría afectando negativamente a las aspiraciones científicas de los estudiantes. Así, el estudio desarrollado por Radu Bogdan Toma, Martha Lucía Orozco Gómez, Alba Carolina Molano Niño, Nadia Lucía Obando-Correal y Rocío Stella Suárez Román prueban la veracidad de dichos supuestos teóricos.
Tras analizar un total de 1799 dibujos, los investigadores concluyeron que ninguno de los indicadores empleados posee poder predictivo de las aspiraciones científicas y que, contrario a los supuestos teóricos, los estudiantes con más interés en estudiar una carrera científica dibujaron significativamente más indicadores estereotipados que sus pares con poco interés.
Así, estos hallazgos generan dudas sobre la validez del protocolo DAST y plantea interrogantes sobre su adecuación para la investigación educativa.
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