Dos estrellas mundiales de la astrofísica han compartido hoy sus conocimientos de las ondas gravitacionales con cerca de un centenar de doctorandos en la Universidad de Burgos.
En el Programa “Formación en Investigación: Actividades Transversales” de la Escuela de Doctorado de la Universidad de Burgos han intervenido la Dr. Deirdre Shoemaker, Full Professor of the School of Physics at Georgia Tech y premio Princesa de Asturias de investigación en 2017, y el Dr. Pablo Laguna, Director de la Escuela de Física de la Universidad Georgia PCHC.
Las Jornadas comienzan, como señaló el vicerrector de Investigación, Transferencia del Conocimiento y Empresas, José Miguel García, con ponencias de investigadores distinguidos y, en esta ocasión, con dos investigadores excepcionales en un ámbito que está muy de moda ahora “en las ondas gravitacionales”, un descubrimiento excepcional, que confirma unas teorías que estaban realizadas; y por el potencial de lo que es la ciencia y la investigación científica no solo describir el entorno sino hacer predicciones que luego cuando avanza la ciencia, la tecnología y los desarrollos tecnológicos terminan por cumplirse.
Durante la presentación de los ponentes el catedrático de la Facultad de Ciencias Ángel Ballesteros rememoró el mensaje de la Academia de Ciencias Sueca al conceder el premio Nobel de Física de 2017 a Weiss, Barish y Thorne por sus contribuciones a LIGO y a la primera detección de las ondas gravitacionales. “Hasta ahora habíamos usado todos los tipos de radiación electromagnética y de partículas, como los rayos cósmicos y los neutrinos, para explorar el universo. Sin embargo, las ondas gravitacionales son testimonios directos de disrupciones, alteraciones radicales, en el propio espacio-tiempo. Esto es algo completamente nuevo y diferente, que nos abre a mundos desconocidos. Una pléyade de descubrimientos espera a todos aquellos que tengan éxito en detectar estas ondas y sean capaces de interpretar su mensaje”.
La detección de ondas gravitacionales está considerada por muchísimos investigadores el acontecimiento científico de este siglo. Con este motivo la investigadora y miembro de LIGO, el Observatorio de detección de ondas gravitatorias, que recibió el premio Princesa de Asturias de investigación en 2017, Deirdre Shoemaker pronunció la conferencia “The Birth of Gravitational Wave Astronomy” y a continuación el Dr. Pablo Laguna, habló sobre “Agujeros Negros, Estrellas de Neutrones, Ondas Gravitacionales y Relatividad Numérica".
Deirdre Shoemaker y Pablo Laguna explicaron que la detección en 2015 de las ondas gravitacionales es una de las predicciones de Einstein del comportamiento de la gravedad. Ambos investigadores basaron su ponencia en qué son las ondas gravitacionales y cuáles son los eventos astronómicos que producen ondas gravitacionales y por qué fue tan difícil detectar las ondas gravitacionales.
Los eventos que producen esas ondas gravitacionales, según explicaron los investigadores, son la colisión de dos agujeros negros. Se han apreciado once eventos de estas característica hasta ahora y también hay hallado estrellas de neutrones, que también son objetos pequeños, pero muy masivos; y de esos se ha detectado un evento hasta este momento.
Pero esperan detectar también otras cosas interesantes. “Ondas gravitacionales de cosas que no sabemos que son, lo inesperado será también muy interesante. La combinación que todavía no se ha detectado es la de un agujero negro con una estrella de neutrones, pero debe estar ahí lo que pasa es que hay menos eventos de esos”, señaló Laguna. “El siguiente paso –agregó- es el sistema binario mixto, un agujero negro con una estrella de neutrones”.
Un hito científico y una investigación “apasionante”, que, sobre todo, ha ayudado a entender el universo de una manera distinta porque normalmente la astronomía tradicional es viendo luz, pero las ondas gravitacionales son “una ventana diferente a ver al universo”.
El vicerrector de Investigación, Transferencia de conocimiento y Empresa, José Miguel García, argumentó que esta tradicional jornada presenta los trabajos que están realizando los doctorandos que da lugar después a su tesis doctoral, pero además tienen que formarse transversalmente.
Un doctorado advirtió es diferenciador por su capacidad de revolver problemas, su pensamiento crítica y su capacidad de modificar el devenir de una empresas. “Lo que se pide a los doctores es un conocimiento muy profundo en determinados temas, pero la habilidad de moverse lateralmente en su entorno multidisciplinar, eso es lo que les va a garantizar su futuro en la investigación en el sector público y privado que es algo que las administraciones públicas y las universidades estamos interesados en potenciar para el desarrollo social”.
Por su parte, el director de la Escuela de Doctorado, Joaquín Pacheco, señaló que la Escuela cuenta con 400 alumnos y puede equipararse por su calidad y excelencia a los centros de grandes universidades.