“Resulta de especial urgencia reforzar la imagen pública de la universidad y situarla como interlocutora válida en las políticas de gobierno del país, de las comunidades autónomas y de las administraciones locales” resaltó el rector de la Universidad de Burgos, Manuel Pérez Mateos, en su discurso con motivo del Día del Doctor y la Fiesta de la Universidad. Durante este solemne acto académico se incorporaron al Claustro de la UBU 55 nuevos doctores.
En opinión de Pérez Mateos, “las universidades no ocupamos el lugar que correspondería a la estrategia política y económica de una sociedad moderna. Existe un desajuste entre el discurso habitual referido a la universidad y la realidad de la política que se aplica al desarrollo social y económico. Los países más avanzados apoyan una parte sustancial de ese progreso en el conocimiento, la investigación y la innovación que se genera en gran medida en la institución académica. Es necesario definir mejor el compromiso público con la educación superior y la investigación mediante recursos y políticas que establezcan claramente el papel de las universidades que, en general, deberían contar con mayores cuotas de responsabilidad y autonomía”.
El rector, tras felicitar a los nuevos doctores por “construir el espíritu universitario de dedicación y esfuerzo, por perseguir el conocimiento, por profundizar en el pensamiento y especialmente por cultivar la creatividad” y por constituir “el pilar básico de la Universidad”, resaltó que en la última década se han defendido en la Universidad de Burgos casi 500 tesis doctorales, habiéndose defendido durante el año pasado un total de 55 tesis, con una tendencia al alza.
“La investigación –afirmó Pérez Mateos- es el pilar fundamental de la universidad. Y, una vez más, puedo decir que en esta materia la Universidad de Burgos sigue estando a un nivel excelente. Nuestra Institución prácticamente ha duplicado el número de trabajos científicos publicados en revistas internacionales de alto impacto incluidas en la Web of Science en los últimos ocho años. El dato es especialmente significativo si tenemos en cuenta que el personal investigador apenas ha aumentado en ese tiempo”.
Igualmente, rector de la Universidad de Burgos hizo en su discurso referencia al Informe 2017 de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, publicado hace una semana, que vuelve a poner de manifiesto una situación de infrafinanciación de la institución burgalesa, ya que “necesitamos una financiación por empleado de 5.239 € para llegar a la media de Castilla y León y 5.880 para la media española”. Sin embargo, y según ese mismo informe, la Universidad de Burgos ocupa la posición 4ª de 60 universidades en el ranking de publicaciones científicas de alto impacto situadas en el primer cuartil, la posición 13ª en proyectos aprobados por el CDTI o la posición 35 en liderazgo de publicaciones científicas. Igualmente, la UBU sigue ocupando una posición de privilegio en cuanto al registro de patentes, situándose en una destacada 4ª posición a nivel nacional y por delante de todas las universidades de Castilla y León.
“No en vano –recalcó Pérez Mateos- la Universidad de Burgos se sitúa en la posición 9ª de 47 universidades públicas españolas clasificadas en la lista 2017 de U-Multirank, en el primer cuartil y a la cabeza de las universidades de la región”. U-Multirank es una nueva clasificación multidimensional independiente de universidades y escuelas superiores, que abarca muchos aspectos de la educación superior, tales como investigación, enseñanza, aprendizaje, orientación internacional y transferencia de conocimientos.
La innovación y el desarrollo caracterizan a las empresas pujantes en un entorno globalizado y competitivo como el actual. Ámbito éste en el que la Universidad muestra un interés inequívoco en ayudarlas en la resolución de sus problemas tecnológicos y en la mejora de la competitividad y las estrategias de innovación. En este sentido, Pérez Mateos aprovechó su discurso para invitar al tejido empresarial regional “a que nos tengan como un socio de confianza para la realización de proyectos de I+D+i. Esta actividad crea riqueza, transfiere conocimiento al entorno y fija población cualificada, que es lo que necesita nuestra región”·.
El esfuerzo de la UBU en pos de la difusión de la investigación a través de la Unidad de Cultura Científica, la OTRI y el Área de Comunicación, así como los múltiples proyectos destinados a mejorar la empleabilidad de los egresados constituyeron otros de los pilares de las palabras que el rector dirigió a las autoridades, representantes de la sociedad burgalesa y comunidad universitaria presentes.
Por otra parte, Manuel Pérez Mateos recordó a todos los presentes que la asamblea general de la Conferencia de rectores de las Universidades Españolas, que se celebró hace un mes en Valencia, aprobó una hoja de ruta, denominada agenda política, que aborda los graves problemas que asolan la universidad. Uno de los más significativos es su financiación, que deber aproximarse al porcentaje del PIB que invierte la media de países europeos, junto a políticas que faciliten la inversión privada, así como el desarrollo de un sistema de mecenazgo. “A pesar de la recuperación económica, la inversión en I+D ha continuado perdiendo peso en 2016 con un mínimo histórico del 1,19% del PIB, frente al 1,22% del año anterior o a la media del 1,94% de los países de la Unión Europea o del 2,4% de la OCDE”, recordó el rector.
Todos estos problemas, afirmó Pérez Mateos, “requieren de un pacto de estado entre las fuerzas políticas, necesario para preservar la educación superior, que la mayor parte de ciudadanos consideramos debe estar por encima de intereses partidistas”. En este sentido, el rector burgalés quiso agradecer al Secretario General de Universidades del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, presente en el acto, el “esfuerzo que está realizando en el Ministerio para conseguir ese pacto, así como su proximidad y diálogo constante con los rectores para tratar de resolver estos problemas”. Igualmente, agradeció al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte que asuma la rehabilitación del Hospital de la Concepción para usos universitarios y alojamiento del Archivo Histórico Provincial, “permitiendo la tan deseada y necesaria presencia de la Universidad en el centro de la ciudad”, gratitud que hizo extensiva al Ayuntamiento burgalés.
El rector de la Universidad de Burgos terminó su alocución invitando a los presentes a seguir el pensamiento del filósofo griego Aristóteles, recordando que el hombre nada puede aprender sino en virtud de lo que ya sabe. “No dudéis –apuntó- de que la salud, la educación y la satisfacción ante la vida constituyen tres pilares básicos del bienestar. El anhelo de aprender se transforma en la mejor fórmula para prolongar la juventud, afianzar la longevidad y ayudarnos a entender quiénes somos”.
El padrino de esta promoción, el catedrático Francisco Javier Peña, felicitó a los nuevos doctores y les animó a hacer valer el conocimiento que atesoran en la sociedad, un asunto que, a su juicio, no es fácil por la inseguridad vital universitaria al encontrarnos en un momento de fin de ciclo y de incertidumbre histórica.
Peña relató la historia de la Universidad remontándose a las Escuelas Catedralicias y a la primera época de la Edad Media y Moderna en la que la Iglesia controlaba y sostenía la Universidad para dotarse de cuadros a su servicio. Se refirió también a la segunda época, la Universidad napoleónica, en la que el Estado promueve y sostiene la Universidad, orientada a formar funcionarios.
Y, por último, se adentró en la tercera época, en los siglos XIX y XX, el nuevo sistema universitario que exige compromisos y está orientado a satisfacer las demandas de las empresas, pero que pone en duda el sistema por la falta de financiación, los recortes y la falta de modelo alternativo.
“Llevados por la inercia, los empresarios privados demandan, desde hace décadas, a la Universidad la formación de especialistas en cada sector, y se quejan, desde siempre, de la escasa adaptación de la enseñanza superior a sus necesidades. Tal vez las quejas de los empresarios estén justificadas; probablemente, en unos lugares más que en otros. Porque no en todos los escenarios se ha producido con la misma intensidad la necesaria asociación entre Universidad y Empresa, asociación que no se cierra con la demanda, por parte de la empresa a la Universidad, de profesionales competentes y adaptados, sino que se debe complementar con el compromiso concordante de la empresa en el sostenimiento económico de la institución a la que se le exige el máximo servicio. Si en los siglos pasados la Iglesia o el Estado sostenían a la Universidad que les devolvía el favor en forma de cuadros o funcionarios perfectamente formados, ¿Por qué ahora se le pide a la Universidad la formación de expertos para la industria sin un compromiso firme de contribución al sostenimiento económico congruente con lo esperado y exigido” explicó.
Peña detalló las paradojas que se ciernen en nuestro país sobre las relaciones maltrechas entre Universidad y Empresa tanto en su vertiente docente como en la faceta investigadora ante la precariedad y escasa remuneración.
Recordó que curiosamente, en los países donde se ha mantenido o aumentado la inversión en investigación son los que más rápido y de manera más solvente han superado los rigores de la crisis, situándose, además, en mejores condiciones para asegurarse el crecimiento económico en el próximo futuro. “En estos lugares donde la crisis ha resultado más amable es precisamente donde se produce una simbiosis mayor entre la universidad y la empresa, más comprometida ésta con la iniciativa y sostenimiento financiero de la investigación, tanto en el marco público universitario como en el empresarial privado”.
Sin embargo, esgrimió en España, seguimos lamiéndonos las heridas de nuestra incapacidad para adaptarnos a los nuevos retos del presente y del próximo porvenir. “Asistimos indolentes al final de ciclo histórico que nos invade, mientras nos resignamos a recuperar el pasado como si el mundo pudiera avanzar marcha atrás sin dejar secuelas lamentables en la vida de sus habitantes.
A vosotros, nuevos doctores, os corresponde sortear este panorama con un doble objetivo: romper la inercia que nos ata al pasado, en primer lugar, y luchar para que el conocimiento y el cultivo de la inteligencia tengan el reconocimiento social y el respaldo económico que se merecen; que os merecéis”.
En representación de los nuevos doctores Concepción Sangrador Moreno explicó la aventura intelectual y lo que les ha llevado a participar en el progreso científico. “Una aventura intelectual que comenzó con una pregunta continuó con el planteamiento de unos objetivos e hipótesis de investigación y que, tras un largo camino, derivó en unas conclusiones”.
Los momentos de alegría, de decaimiento y de tenacidad parafraseando a Alexander Fleming, Santiago Ramón y Cajal y Louis Paster.
Tras recibir el birrete laureado y los guantes blancos, llegó el momento de los agradecimientos a todas aquellas personas -algunas importantes y otras imprescindibles-, que han supuesto un soporte científico y emocional para alcanzar la meta: los directores de tesis, familia, amigos y Universidad.
“La vida recompensa de manera extraordinaria a quienes se entregan de forma extraordinaria. Esta es nuestra recompensa, estar aquí, haber alcanzado nuestro ansiado sueño, tener el privilegio de poder poner nuestro trabajo a disposición de la Universidad y nuestro conocimiento al servicio de la sociedad”, afirmó.
Sangrador añadió. ”Hoy, luciendo nuestro birrete con una mezcla de orgullo, por el objetivo logrado y de humildad socrática “Solo sé que no se nada” entramos en el olimpo de la investigación, siendo conscientes de que la adquisición de este título solamente constituye la puerta de acceso al mundo científico que seguiremos explorando porque, como Carl Sagan, creemos que “en algún lugar algo increíble está esperando ser conocido””.
Y concluyó con un texto de Bernardo de Claraval en el que clasifica a los hombres de ciencia en función de su intencionalidad, “Algunos buscan adquirir conocimiento por el conocimiento mismo: Eso, es curiosidad. Otros, buscan adquirir conocimiento para obtener renombre: Eso, es vanidad. Y también hay quienes buscan adquirir conocimiento para servir y edificar a otros: Esto, es amor”; y un deseo: “Que los cincuenta y cinco nuevos doctores que hoy recibimos los atributos de esta universidad, formemos parte de estos últimos y colaboremos en el crecimiento de la sociedad devolviéndola lo que de ella hemos recibido”.