El ciclo Acercando la Ciencia ofreció el pasado miércoles la charla “Nanomateriales: un mundo pequeño con grandes posibilidades”, impartida por el profesor titular de Química Analítica de la Universidad de Burgos y director del grupo de investigación de Análisis Instrumental, Álvaro Colina. Organizado por la Unidad de Cultura Científica de la UBU y la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología (FECYT), la ponencia está vinculada a la exposición “Materiales”, que ha permanecido expuesta en el Museo de la Evolución Humana hasta el 6 de abril.
Colina quiso comenzar reivindicando la parte positiva de la química, ya que en algunos casos se ha utilizado para hacer daño. Por eso resaltó sus beneficios y algunos avances científicos hechos gracias a su utilización, como con la quimioterapia. “Hay un montón de ejemplos y es importante que todos pensemos en la química como algo bueno y que debe ser usada correctamente”.
Esto le sirvió para introducir el concepto principal de su charla, el nanomaterial, algo a lo que pueden dar lugar casi todos los elementos de la tabla periódica. El químico definió lo “nano” como “algo muy pequeño”, en concreto, la mil millonésima parte de algo. Así, un nanómetro es una mil millonésima parte de un metro. Para verlo más claro expuso el ejemplo de que, respecto a la Tierra, algo de tamaño “nano” sería una pelota de tenis. También mencionó que en la escala nanométrica es donde se encuentran tanto los virus como la tecnología de las vacunas para combatirlos.
Dentro de todas las clasificaciones posibles, se centró en la que está basada en sus dimensiones para hablar de sus propiedades “asombrosas”. En este sentido, expuso que estas estructuras tan pequeñas han existido durante toda la historia, como las que hay en la famosa copa de Licurgo del siglo IV a.C., en la que dependiendo del reflejo de luz se puede ver de color verde o roja, gracias a las nanopartículas de plata y oro. También las vidrieras medievales presentaban colores tan llamativos debido a las nanoestructuras insertadas en el propio vidrio.
Pero los nanomateriales son tan pequeños que no los podemos ver con un microscopio óptico, sino que es el electrónico el que nos va a permitir observar las nanoestructuras. Otra posibilidad es el microscopio con efecto túnel, cuyo primer modelo se construyó en 1981 por IBM y con el que llegaron a crear la película más pequeña del mundo, llamada “Un niño y su átomo”.
Dentro de las aplicaciones de los nanomateriales se encuentra en el desarrollo de las energías renovables. Colina relató que se están haciendo nuevas nanoestructuras para avanzar en este ámbito, como el hecho de poder, por ejemplo, sustituir las baterías de los coches con hidrógeno.
Según el investigador, estos materiales tan pequeños van a dar lugar a una nueva revolución: “se espera que la nanotecnología dé un vuelco a toda nuestra sociedad”. Además, auguró que el futuro con las nanopartículas está en que tengamos implantes en la piel con biosensores que nos analizarán las moléculas que sean de interés a través de los fluidos corporales. “Dentro de poco vamos a poder hacernos un análisis que nos dirá si tenemos cáncer antes de salga y te lo van a empezar a tratar, todo por la química”.
Álvaro Colina es doctor por la Universidad de Burgos, profesor titular en la misma universidad y coordinador del Doctorado en Química Avanzada. Su investigación se centra en la espectroelectroquímica (SEC) desde el grupo de Análisis Instrumental.
El grupo ha sido pionero en el desarrollo de técnicas y dispositivos espectroelectroquímicos en España y es uno de los más activos en el mundo en este campo. En 2014 desarrollaron en colaboración con Metrohm Dropsens S.L. el primer equipo comercial compacto e integrado de SEC UV/Vis a nivel mundial, y durante el año 2017, primer equipo comercial compacto de SEC Raman a nivel mundial.
Las técnicas han sido usadas con éxito en el estudio de sistemas químicos muy diferentes como complejos, polímeros conductores, nanopartículas metálicas, nanotubos de carbono, grafeno, materiales híbridos, molécula de interés biológico, etc.
Es autor de 72 artículos en revistas científicas con alto índice de impacto.