“El lenguaje, en busca de las primeras palabras” es título del número 24 de los cuadernos de la colección “Origen, Cuadernos de Atapuerca” que coordina el profesor e investigador de la Universidad de Burgos, Juan Carlos Diez Fernández-Lomana. Esta esta antología de la Prehistoria editada por Diario de los Yacimientos de la Sierra de Atapuerca y en el que también colabora la Fundación Atapuerca, la componen libros de lectura rápida, ideales para dominar un tema en poco tiempo.
Este nuevo número está escrito por la investigadora Mercedes Conde Valverde, de la Universidad de Alcalá de Henares.
“Conocer el momento en que los seres humanos comenzamos formar palabras para comunicarnos, es una de las tareas más difíciles para los estudiosos de la evolución humana”. Con estas palabras Conde cuenta cómo puede abordarse esa búsqueda del lenguaje oral cuando sólo se cuenta con unos pocos huesos de la larga historia de los bípedos parlantes.
Responder a qué motivó la aparición del habla es realmente difícil, pero la investigadora sostiene en su libro que un crecimiento cerebral, la enseñanza de la producción de instrumentos, la sensibilidad artística para dar significado a dibujos o grabados o la cooperación en la caza comunal, parecen pruebas que atestiguan el gran salto de eficacia que supuso el habla para el aprendizaje y la sociabilidad humana.
En contra de muchos investigadores, Conde ve claras pruebas en el registro arqueológico y paleontológico, que otras especies distintas a la nuestra, como los neandertales, fueron capaces de comunicarse oralmente, mandando ideas y sonidos que hicieron ampliar los conocimientos y destrezas.
El catedrático de la Universidad de Burgos, Juan Carlos Díez Fernández-Lomana pertenece al grupo de investigación de Arqueología Prehistorica. Este grupo se centra en el estudio de materiales prehistóricos (óseos, líticos o cerámicos) procedentes de la realización de una serie de proyectos arqueológicos tanto locales como peninsulares y europeos.