Un proyecto de cinco años desde la Universidad de Burgos, en el que 30 investigadores españoles han contado bimestralmente, los grandes hitos, los momentos estelares de la humanidad. Además de ir hacia el pasado más lejano, hacia la prehistoria, la arqueología y la evolución humana, los dos últimos números son una reflexión sobre el momento actual de nuestro planeta y de nuestra especie.
Esta semana se publica El Homo ex novo. Posibles futuros para la humanidad, del profesor Eudald Carbonell, doctor honoris causa por la Universidad de Burgos, Catedrático de la Universidad Rovira i Virgili y vicepresidente de la Fundación Atapuerca, el último número de la colección “Origen, Cuadernos de Atapuerca”, editado por Diario de los Yacimientos de la Sierra de Atapuerca y en el que también colabora la Fundación Atapuerca.
Este cuaderno se corresponde con el número 30 de esta antología de la Prehistoria, que ha coordinado científicamente el profesor de la Universidad de Burgos Carlos Díez. Estos libros son de lectura rápida e ideales para dominar un tema en poco tiempo.
Los humanos estamos atravesando graves problemas y debemos reflexionar sobre cómo escapamos de posibles escenarios negativos como pueden ser la extinción o el colapso de la especie. En el nuevo número de la colección Origen, el profesor Eudald Carbonell explora la memoria de la especie, los logros y problemas que hemos ido solventando a lo largo del tiempo, y concluye que es hora de actuar de manera coordinada y abierta, admitiendo a nuevas formas de ser humanos (incluyendo parahumanos, humanoides y elementos biotecnológicos).
Para crear un Homo ex novo, libre de cualquier atadura, Carbonen considera que debemos caminar hacia una autoedición, con la posibilidad de integrar máquinas y humanos, sacar el máximo partido a la inteligencia artificial y a la mecatrónica y convertir nos en protagonistas de la evolución, rompiendo la barrera de lo orgánico y lo inorgánico. La transhumanidad tendría como objetivo una integración de las nuevas diversidades que surgieran, socializando por completo el conocimiento y ampliando, si es necesario hacia el espacio, nuestras posibilidades de mayor supervivencia.
"La reflexión, el análisis, el conocimiento y el pensamiento son los vectores necesarios para el constructor futuro. Sin embargo, la ilusión, la imaginación, la creatividad y la razón sustentan nuestra propia naturaleza humana", afirma Carbonell.