La semana pasada la formación y educación musical estuvo muy presente en Aranda de Duero. El ritmo fue el hilo conductor y el motor de cada una de las comunicaciones que se llevaron a cabo en la Casa de la Cultura en el curso de verano de la UBU La importancia del ritmo en la vida, en la música actual y en la música de tradición oral.
Durante cuatro intensos días, treinta alumnos de diversos ámbitos profesionales se juntaron para vivir intensamente una experiencia vital vinculada con el aspecto rítmico.
Según señala una de sus directoras Lola Pérez Rivera, “El curso fue inaugurado por uno de sus directores, Fito Robles, quien nos integró en el mundo rítmico a través de la relación entre el hombre y el medio publicitario. Enrique Cardama continuaba con un viaje al mundo rítmico de la trompeta mostrando su experiencia vital como instrumentista de géneros como la habanera y otros estilos cubanos y latinos.
La tarde del lunes la completó el batería Borja Barrueta, colaborador de grandes artistas como Jorge Drexler, Carmen París, De Pedro, Jorge Pardo o Ara Malikian. Este músico mostró en el escenario “el arte de crear acompañando” y “técnicas de improvisación y destrucción rítmica” haciendo partícipes a los alumnos de su experiencia personal.
Juan Antonio Xas fue el protagonista de las cuatro sesiones que conformaron la segunda jornada. La música electrónica y vanguardista no paró de sonar en el Auditorio de la Casa de la Cultura en toda la jornada. Juan Antonio Xas introdujo en este mundo a su audiencia mediante temáticas como su relación con la música que consumimos, la figura del DJ y el producto final como elementos claves en la música actual contemporánea, el uso de la tecnología para la creación en directo de este tipo de música y el arte de samplear.
Tras dos días inmersos en la música “actual”, las jornadas del miércoles y jueves siguieron inmersas en el mundo del ritmo pero cambiaron drásticamente de ubicación temporal dando paso a la música tradicional y a la oralidad como base transmisora.
De esta manera, bajo los auspicios de la Etnomusicología, las profesoras Lola Pérez y Mara Cañizal trasladaron a los estudiantes a la experiencia vital del hombre y a la práctica rítmica basada en los cantos, en la percusión acompañante y en los movimientos de los bailes tradicionales españoles. Así, se resolvieron preguntas primigenias como ¿todo el mundo tiene ritmo?, ¿existe el ritmo vital y natural?, ¿el silencio forma parte del ritmo?, ¿todas las canciones conllevan el mismo ritmo?, entre otras. Se pudo comprobar la funcionalidad del ritmo y qué vinculación tiene con las emociones humanas. A partir de ahí el recorrido se llevó a cabo siguiendo los patrones rítmicos bailables, tanto los regulares como los irregulares, y siempre desde la vivencia personal de la observación-comprobación, la interpretación vocal, la interpretación instrumental y el dinamismo corporal.
“Creo que se han puesto sobre la palestra infinidad de herramientas y recursos pedagógicos para poder integrar el ritmo en el aula -y en la propia vida- desde diferentes ámbitos y corrientes musicales. La respuesta participativa del alumnado ha sido estupenda y la experiencia rítmica mediante la escucha, la interpretación instrumental y el movimiento ha permitido interiorizar la diversidad de patrones rítmicos tratados en el desarrollo del curso de un modo pleno, difícil de olvidar”