El TFG “Los brigadistas internacionales en San Pedro de Cardeña” de Celia Villar Oviedo ha sido seleccionado como ganador de la III edición del Premio Luis Martínez García al mejor Trabajo Fin de Grado en Historia y Patrimonio del curso 2020-2021.
El jurado integrado por Eudald Carbonell i Roura, Lena Saladina Iglesias Rouco y Delfín Ortega Sánchez eligió, por unanimidad, la investigación de Celia Villar entre los cinco TFG que podían concurrir a este premio al haber obtenido una nota superior al 9,5.
En su trabajo esta alumna del Grado en Historia y Patrimonio aborda como el monasterio de San Pedro de Cardeña se convirtió en abril de 1938 en campo oficial franquista de prisioneros extranjeros. Entre sus muros estuvieron cautivos más de 700 brigadistas internacionales en un régimen marcado por el hambre, la insalubridad, la represión, el miedo, el adoctrinamiento y las enfermedades. A su valor propagandístico y político en virtud de su carácter internacional ‒que atrajo a periodistas, diplomáticos y personal humanitario‒se une su empleo como sujetos de estudios psiquiátricos por parte de la doctrina eugenésica franquista. Las redes de solidaridad entre prisioneros evitaron la desmoralización, abogando por la educación, la organización y la resistencia.
El premio otorgado está dotado con un cheque para la compra de libros por un importe de 300 euros y un diploma acreditativo.
Celia, muy contenta y satisfecha por el premio, explica cómo surgió su interés por este tema, el proceso de investigación y las conclusiones del mismo.
¿Qué te empujó a elegir este tema para tu TFG?
El motivo principal fue un interés personal por investigar algún aspecto de la represión franquista en Burgos, tema sobre el que ya existen excelentes libros y artículos. Hasta hace unos años desconocía que habían existido campos de concentración en la provincia, al igual que en el resto de España. Hablé con mi tutor del TFG, Juan José Martín García, y fue él quien me indicó que no existía ningún estudio concreto sobre San Pedro de Cardeña, campo de concentración que él había investigado parcialmente al analizar el estudio que realizó el tristemente conocido Antonio Vallejo-Nájera sobre varios prisioneros extranjeros.
Respecto a la elección de los brigadistas internacionales como sujeto de estudio, suponía investigar uno de los aspectos menos conocidos de su participación en la Guerra Civil como era su cautiverio en las cárceles y campos de concentración franquistas. La llegada accidental a mis manos de las memorias del brigadista estadounidense Carl Geiser me permitieron conocer su experiencia como prisionero en San Pedro de Cardeña y acabaron por decidirme a elegir este tema a la par que reivindicar la memoria de estos hombres.
¿Cómo ha sido la labor de recabar información sobre este tema? Háblanos sobre este proceso
Fue un proceso bastante laborioso y largo porque dependía en buena medida de fuentes primarias contenidas en los archivos y coincidió con la crisis de la COVID-19, lo que limitaba su acceso. Comencé primero leyendo bibliografía centrada en las brigadas internacionales y la represión franquista, especialmente aquella que estudiaba el sistema concentracionario. A posteriori la información me serviría para contextualizar la investigación. Y luego me sumergí en la búsqueda de fuentes primarias sobre el campo de concentración, desperdigadas por varios archivos españoles. Así acudí o pedí documentación al Centro Documental de la Memoria Histórica en Salamanca, al Archivo General Militar de Ávila, al Archivo Intermedio Militar Noroeste en Ferrol y al Archivo Parroquial de Carcedo de Burgos. También consulté la prensa histórica. Era documentación oficial porque fue generada por el propio campo de concentración o por sujetos y organizaciones como el Juzgado Militar de Prisioneros Extranjeros o el Comité Internacional de la Cruz Roja. Como contrapunto consulté memorias escritas y entrevistas a varios brigadistas de distintas nacionalidades que relataban sus experiencias como prisioneros en San Pedro de Cardeña y chocaban evidentemente con la visión ofrecida por la propaganda franquista. También localicé fotografías del campo en la Biblioteca Digital Hispánica y el archivo audiovisual del Comité Internacional de la Cruz Roja.
¿Qué conclusiones ha obtenido tu investigación?
La más evidente fue la relativa estabilidad del cautiverio de estos prisioneros extranjeros, que generalmente permanecieron muchos meses en el campo hasta ser intercambiados o entregados a las autoridades de sus respectivos países, frente al frecuente tránsito de prisioneros españoles por Cardeña para ser integrados en Batallones de Trabajadores. Al permanecer en el campo, disponer de “tiempo libre” y estar en muchos casos fuertemente politizados pudieron organizarse y poner en marcha su propia "universidad" y periódico para combatir la desmoralización y el adoctrinamiento.
También que el aparato judicial franquista procesó a buena parte de los prisioneros extranjeros y aunque la mayor parte de los sumarios se resolvieron con su sobreseimiento, permitieron la explotación laboral de los últimos brigadistas cautivos, que fueron trasladados a Belchite como mano de obra forzada en condiciones aún peores que las de San Pedro de Cardeña.
Otra conclusión sería que en Cardeña se produjo una diferencia de trato hacia los prisioneros en función de su nacionalidad y los propios brigadistas lo reconocen en sus entrevistas. La condición internacional de los prisioneros, que les convertía en valiosa moneda de canje por prisioneros italianos y alemanes en manos republicanas, conllevó que su régimen de cautiverio no alcanzara las cotas de violencia de otros campos y prisiones franquistas. Ello no resta dureza a su vida concentracionaria, marcada por el hambre, las enfermedades o el miedo. Sin embargo, dentro del grupo de prisioneros extranjeros también hubo grandes diferencias. El tratamiento por parte de los guardias, la llegada de ayuda externa, las negociaciones para el intercambio, y el propio regreso a sus respectivos países estuvo claramente condicionado por la nacionalidad. Alemanes, austriacos e italianos fueron entregados por las autoridades franquistas directamente a la Gestapo u otras fuerzas del orden para sufrir frecuentemente un nuevo ciclo represivo.
Por último, Cardeña fue uno de los engranajes de la propaganda franquista: a la par que se mostraba la supuesta voluntad reeducadora y redentora del sistema concentracionario franquista, se reforzaba la imagen de la ayuda internacional “marxista” que recibía la República.
¿Qué sentiste al saber que habías sido la ganadora del Premio "Luis Martínez García"?
Muchísima alegría al ver que mi trabajo había gustado. Para mí supone un importantísimo reconocimiento al esfuerzo y horas que dediqué a esta investigación.
Ahora que has acabado la carrera de Historia y Patrimonio, ¿cuáles son tus planes de futuro? Actualmente estoy cursando el Máster Universitario en Estudios Avanzados en Museos, Archivos y Bibliotecas en el campus de Ferrol. En principio mi objetivo es realizar a posteriori la tesis doctoral siguiendo la línea de investigación comenzada con el TFG y que espero poder continuar con el TFM.
Premio Luis Martínez
Este premio se instituyó en reconocimiento a la figura de quien fuera Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Burgos, fallecido en enero de 2018, tras una larga y dilatada vida profesional como docente e investigador de la UBU.
Podrán optar a la concesión del premio todos aquellos TFG que obtengan del tribunal evaluador correspondiente una calificación de, al menos, 9.5 puntos, en primera o segunda convocatoria del curso 2018-2019.
El jurado del premio elegirá el TFG que considere de mayor calidad científica: claridad y cumplimiento de los objetivos del Trabajo, fuentes empleadas, organización (introducción, vertebración, contextualización, argumentación, equilibrio entre las partes), contenidos, redacción, vocabulario y rigor conceptual.