Una oportunidad para descubrir otras formas de vida y aprender desde la práctica

Más de 300 estudiantes de la Universidad de Burgos han realizado sus Trabajos Fin de Grado, Trabajos Fin de Máster y/o prácticas en el ámbito de la Cooperación Internacional al Desarrollo en países de todo el mundo gracias a las becas PPACID.

El Centro de Cooperación y Acción Solidaria de la UBU ayuda al alumnado a elegir el proyecto, a desarrollar junto a una ONGD y entidades locales, en función de su titulación en áreas como educación, agua, alimentación, género o desarrollo comunitario…

Claudia Moreno Canduela, estudiante del grado en Educación Social, se encuentra actualmente en El Salvador gracias a una de estas becas PPACID y ha compartido su experiencia de las últimas semanas para animar al resto del alumnado a participar en la próxima convocatoria de estas ayudas, que se abre el próximo mes de noviembre. El proyecto en el que participa Claudia, junto a la ONGD española Amycos y el socio local CORDE, se centra en ampliar el sistema de agua potable del Barrio de Aguacayo con el fin de garantizar el Derecho Humano al Agua. Además, participa en actividades encaminadas a fortalecer la organización comunitaria con perspectiva de género y sostenibilidad.

En su carta, la estudiante asegura que esta experiencia de tres meses está siendo una valiosa oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal y profesional y ha destacado la fortaleza y generosidad de las mujeres salvadoreñas, que pese a las dificultades mantienen una actitud positiva.

Claudia, desde El Salvador

Mi nombre es Claudia, soy estudiante de cuarto curso del Grado en Educación Social en la Universidad de Burgos, y actualmente me encuentro en El Salvador, participando en una beca PPACID de Cooperación Internacional. Esta beca se desarrolla gracias a la colaboración entre la Universidad de Burgos y diversas entidades con proyectos en otros países; en mi caso, formo parte del equipo de AMYCOS, que trabaja junto a CORDES en un proyecto de ampliación del sistema de agua potable en el Barrio de Aguacayo, en San José Guayabal, Suchitoto.

El proyecto tiene como objetivo contribuir al Derecho Humano al Agua para mejorar la calidad de vida de las 985 personas que habitan en la comunidad. Entre sus fines específicos se encuentran mejorar la infraestructura de abastecimiento de agua potable, promover un uso sostenible y eficiente del recurso y fortalecer la organización comunitaria a través de la junta de agua, con enfoque de género y sostenibilidad.

Durante las primeras semanas, debido a las fuertes lluvias e inundaciones, no fue posible intervenir directamente en el terreno, por lo que estuve apoyando otros proyectos de la organización. A medida que las condiciones han mejorado, he podido comenzar a participar más activamente en diferentes iniciativas relacionadas con el desarrollo local agroecológico y la equidad de género.

He colaborado en capacitaciones sobre nuevas masculinidades, en la preparación de un discurso para el Día de la Mujer Rural, y en la formulación de una formación sobre autocuidado para mujeres de la zona. Además, he contribuido a la creación de un manual sobre plantas y sus usos medicinales, y he acompañado procesos educativos con mujeres rurales, muchas de ellas analfabetas, que buscan fortalecer su autonomía económica y social.

De esta experiencia destaco especialmente a las mujeres salvadoreñas con las que trabajo. A pesar de las dificultades que enfrentan y del machismo estructural presente en su entorno, son personas humildes, trabajadoras y llenas de generosidad. Viven con recursos muy limitados, muchas veces sin cubrir sus necesidades básicas, pero siempre muestran una sonrisa y te ofrecen todo lo que tienen.

Esta estancia, de tres meses de duración, está siendo una oportunidad única para aprender desde la práctica real del trabajo comunitario, comprender otras formas de vida y reafirmar mi vocación como futura educadora social.