Un día de felicitaciones, recuerdos, abrazos, encuentros y emociones… El Hospital del Rey se ha vestido de gala para conmemorar el 25 aniversario de la creación de la Universidad de Burgos y para investir doctor honoris causa al profesor, investigador y gran político Juan José Laborda.
Más de cien togados universitarios e ilustres invitados como los presidentes en funciones de la Junta y de la Cortes de Castilla y León, el presidente de la CRUE, los rectores de las universidades de Valladolid, Rey Juan Carlos y Europea Miguel de Cervantes, delegada del Gobierno, protagonistas de esta historia como Gustazo Suárez Pertierra, Ministro de Educación y Ciencia (1993-1995), Fernando Tejerina, rector de la Universidad de Valladolid (1984-1994) y Emilio Miguel Amo, vicepresidente de la Asociación Amigos de la Universidad, así como una nutrida representación de la vida política y social, del presente y el pasado de la historia de nuestro país y de Burgos, se sumaron al principal acto institucional de esta efemérides, que contó también con las intervenciones de actores actuales como el presidente del Consejo Social Luis Abril, el doctor honoris causa Juan Luis Arsuaga la empresaria María Helena Antolín, el periodista Alex Grijelmo, José Carlos Gómez Villamandos y el presidente del CAUBU Víctor Abarca Temiño quienes hablaron sobre la institución académica burgalesa.
Durante todo el acto se proyectaron imágenes de la génesis, de la larga travesía y de la antigua y la nueva Universidad.
“Agradecimiento, gratitud y autoafirmación” fueron algunas de las palabras que pronunció el relator de este encuentro, el profesor Juan José García, quien desgranó la historia, el pasado de la Universidad de Burgos y el anhelo social que culminó en la creación de la Academia burgalesa. Detalló las virtudes de los 19 doctores honoris causa que conforman el Claustro de la Universidad de Burgos y mostró la realidad actual.
El momento más emotivo de la solemne ceremonia fue la investidura de Juan José Laborda como doctor honoris causa de la UBU, “un acto de justicia” como lo calificó Suárez Pertierra, para “un hombre de Estado”, dijo el presidente del Consejo Social de la Universidad, Luis Abril, quien calificó al honoris de un “hombre sabio y bueno”. También el presidente en funciones de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, señaló que su vinculación como profesor, investigador e intelectual de la Universidad de Burgos le hacían merecedor del doctorado honoris causa recordando los difíciles momentos que ha pasado “su historia de superación y su dignidad como hombre público”.
El que fuera presidente del Senado, doctor Honoris Causa en Humanidades y Comunicación, recibió la imposición de atributos el birrete laurado, anillo de la sabiduría y libro de la ciencia de manos de su padrino Federico Sanz, otra de las grandes figuras en el impulso de la creación de la UBUjunto a Juan Carlos Aparicio. El profesor, filósofo, historiador y periodista expresó la ilusión que le hacia el haber obtenido esta distinción, subrayó el papel de la Constitución y dijo que recibía el título de Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Burgos en nombre de la generación de 1978.
“Recibo este título en nombre de la generación de 1978 a la que orgullosamente pertenezco, la que hizo la Constitución, que tuvo éxito cuando propuso una democracia representativa, basada en los acuerdos, que superase los errores históricos del pasado, y para que España influyese en el proyecto europeo”, una generación que se caracterizó por su cosmopolitismo”, manifestó.
Cuando hicimos la Constitución –explicó- establecimos en su importantísimo artículo 10.2 que las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades se interpretasen en España de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y dentro de esa concepción universalista o cosmopolita de los Derechos Humanos, se inscribe la vocación europeísta de la generación del 78, y de las generaciones españolas posteriores, como se ha visto en las pasadas elecciones, para tranquilidad de los demócratas europeos”.
Laborda, que vivió intensamente la época en la que se creó la Universidad de Burgos, ex presidente del Senado desde el 89 hasta el 96, abogó por el consenso. Se declaró militante de la causa universitaria y política y se refirió a que “la ciencia, la técnica, la democracia, los derechos individuales, el control del poder, la libertad de pensamiento y creencias, en suma, los signos definitorios de la actual globalización han sido posibles gracias a la universidad, y la universidad fue creación exclusiva de Europa, los españoles y los ingleses la llevaron a América, y muchos siglos después las demás civilizaciones fundarían universidades”. Si Europa –dijo- “fue capaz de inventar una institución así, ¿por qué ahora los europeos tememos a la globalización?”.
En su discurso con razonamiento histórico explicó como Max Weber se basó en Lutero para analizar el significado de la palabra “vocación”, que conlleva excelencia en el trabajo cotidiano; y comparó la ética del político con la del científico que abarca “la vocación universitaria y la política”. Vocación como idea de trascender y perseguir la verdad, de lucha y cumplir los compromisos “algo que, a su juicio, debiera ser la tarea de los representantes democráticos”.
Sus palabras comenzaron con los versos de Lucrecio: “Pero no hay nada tan dulce como habitar los serenos templos que el pensamiento de los sabios ha edificado, y desde allí poder contemplar a quienes se extravían por doquier y buscan errantes el camino de la vida”, que, a su juicio, sirven para comprender el espíritu europeo de la Universidad y dan respuesta a todas las preguntas que surgen de la vida de los seres humanos.
Su padrino Federico Sanz y él recordaron su trayectoria como docente universitario. “Años de inquietud política, en los que las Universidades eran focos de activismo para la recuperación de las libertades”, el cierre de la Universidad de Valladolid en 1975, y algunas otras anécdotas curiosas. Sanz se refirió también a que Laborda elaboró el concepto de Patriotismo constitucional, "que establece una base común democrática de convivencia nacional desde la diversidad”.
Laborda esgrimió que ha sido alumno y profesor en 5 universidades y habló también de hechos y personas que marcaron su vida. Entre otras, su maestro Luis Miguel Enciso con el que ha compartido incluso la creación de la Cátedra Monarquía parlamentaria en la URJC. “La creamos porque defendemos la Constitución y porque la Monarquía parlamentaria es el gobierno sometido a las leyes, el ideal republicano de Cicerón”. “Los dos –dijo- fuimos portavoces parlamentarios en el Senado, entre 1981 y 1982, durante el Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo, un año en el que se salvó la democracia, tras el golpe de Estado, y la salvamos –argumentó- porque aplicamos el consenso, incluso en las discrepancias, el único método que nuestro sistema político posee para superar las grandes dificultades”.
“Mi condición de senador por Burgos –argumentó- me permitió conocer a fondo a sus gentes y sus paisajes humanos y naturales”. Agradeció a los burgaleses el privilegio de representarlos entre 1977 y 2008, “tuve la sensación de vivir dos veces en la misma unidad de tiempo. Esa es la verdadera recompensa de la vocación política: aunque el tiempo pasa mucho más rápido, los recuerdos se multiplican a escala logarítmica”.
En su intervención se refirió a la patria de su infancia y señaló que la provincia de Burgos contiene un mapa que explica la compleja diversidad histórica y humana reflejada en tres ríos. El Ebro que orienta a Burgos hacía el Mediterráneo, la historia antigua; el Duero que se dirige al Atlántico, con su historia de descubrimiento americanos y de despliegue del capitalismo y el Cadagua, que desemboca en el Cantábrico al mezclar sus aguas con la ría del Nervión; y subrayó el esfuerzo por arraigar los valores democráticos en Burgos que consistió a la vez en defender la idea de que el futuro de España tendría que situarse dentro de la Europa democrática.
Habló también de la pasión primaria del burgalesismo, independentismo y cualquier versión supremacista frente al cosmopolitismo y el desarrollo material y cultural de la globalización y emocionado agradeció al rector Pérez Mateos y a la Universidad de Burgos la distinción. “Siento que existe en mí un vínculo especial con él y con la comunidad universitaria burgalesa. Debo dar las gracias a todos los que hicieron realidad esta Universidad” y, por último, tuvo un recuerdo especial para Alfredo Pérez Rubalcaba por su contribución a la creación de la Universidad de Burgos, un recuerdo que también tuvieron otros invitados.
El homenaje al ex presidente del Senado concluyó con la interpretación de una canción “Todo lo cría la tierra- tradicional" interpretada por la coralista María Pilar Martínez Sancho.
En la tercera parte del acto se habló de los 25 años de la Universidad de Burgos al servicio de la sociedad glosados por el presidente del Consejo Social Luis Abril, el director del Museo de la Evolución Humana Juan Luis Arsuaga, la empresaria María Helena Antolín y el periodista Alex Grijelmo, entre otros.
Luis Abril afirmó que la UBU es un tesoro. “Nuestra universidad es un tesoro que seguramente nos pasa algo inadvertido, con independencia de su valor intrínseco, que es altísimo. Somos los burgaleses distantes con lo nuestro, pero con la Universidad esto no puede ser así. Hablen dos minutos con el doctor Laborda sobre ello y el amor por nuestra Universidad recuperará en ustedes las cotas altísimas que siempre debió mantener”.
El rector Manuel Pérez Mateos, por su parte, rememoró el cuarto de siglo de la UBU que permitió consumar el anhelo de disponer de una de las instituciones consustanciales a la sociedad, un logro, en el que Laborda “tuvo un protagonismo singularmente notable”.
Laborda dijo el rector es un académico de pies a cabeza, un auténtico humanista y una excelente persona “de carácter dialogante y firme defensor de la democracia, que ha trabajo siempre, como corresponde a la categoría de un hombre de Estado en la búsqueda de consensos desde el respeto a las posiciones ajenas, por encima de planteamientos partidistas”.
Alabó también al padrino Federico Sanz porque junto al homenajeado ha pasado por la Universidad de Burgos haciendo “muy poco ruido y cascando muchas nueces”.
El esfuerzo invertido en la creación de la Universidad no fue en vano. Relató que la calidad de la UBU es incuestionable y ha conseguido reconocimientos que la han situado entre las 1.000 mejores del mundo y excelentes posiciones en diferentes ránkings y agradeció a la sociedad burgalesa su confianza y reivindicación de la universidad. Además tuvo palabras de agradecimiento a los representantes políticos, al Ayuntamiento, la Diputación, a las empresas y organizaciones sociales por el entusiasmo en este empeño y citó a tres ministros Javier Solana, Gustavo Suárez Pertierra y al recientemente fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba, así como a sus antecesores.
Un momento especialmente emotivo fue la transmisión por parte del rector Pérez Mateos del mensaje enviado por Su Majestad el Rey en el que expresó su deseo de que el acto se celebrase “con toda solemnidad y brillantez" y felicitó a la Universidad de Burgos por su 25 aniversario y a Juan José Laborda por tan merecido reconocimiento” .
La última intervención corrió a cargo de Juan Vicente Herrera, presidente de Castilla y León, quien comenzó felicitando “de todo corazón” en su 25 aniverario a la UBU, agradeciendo el trabajo realizado a todos aquellos que participaron en su creación y desarrollo, “en especial al rector Mateos y sus predecesores, Sacristán, Leal y Murillo”; y subrayó la contribución del Gobierno regional en el desarrollo de la Universidad de Burgos.
“La creación de la Universidad de Burgos tuvo el eficaz impulso de notables de la vida burgalesa, como el hoy doctor honoris causa por la universidad a la que siempre ha estado vinculado, Juan José Laborda, que con su ejemplo y saber ha iluminado la trayectoria de la universidad” manifestó el presidente, quien definió a Laborda como un “ejemplo de superación personal brillantez intelectual, dignidad del oficio público y valor de la concordia”.
“La Universidad de Burgos desmonta la idea de que ser grande no es importante para ser una gran universidad” continúo Herrera quien desgranó algunos de los mérito de la UBU, como su inclusión en el Campus de Excelencia Internacional, sus crecientes indicadores en múltiples rankings de docencia, investigación, transferencia del conocimiento, ética o transparencia.
“La primera universidad pública de Castilla y León en implantar la formación a distancia y que hoy acoge al 80% de estudiantes semipresenciales o a distancia de nuestro sistema de educación superior” recordó. También alabó la excelente oferta académica a la que se sumará el próximo curso el Grado en Ingeniería de la Salud, además de otros máster, que es esencial para captar alumnos en un contexto demográfico adverso.
Además reconoció la excelente gestión de los diferentes equipos rectorales que han permitido mantener una salud financiera excelente con “una muy correcta administración del dinero público”.
Recuperar para Burgos edificios emblemáticos que corrían riesgo de perderse como los hospitales del Rey, de la Concepción y Militar, también fueron destacados como meritos de la UBU.
La vinculación de la Universidad de Burgos con centros tecnológicos del entorno, con el CENIEH; el desarrollo de infraestructuras punteras, como el CIBA; y la vinculación con el tejido industrial burgalés y el sector primario redunda en beneficio de la provincia y en su convergencia con Europa y hacen de la UBU una “Institución preparada para afrontar futuro, y los profundos y veloces cambios que ya vivimos. Un futuro que deben liderar las universidades y como bien reza el lema de Universidad de Burgos La verdad está en el camino”, concluyó.
Tras finalizar el acto, Juan José Laborda firmó en el Libro de Honor de la Universidad de Burgos y se realizó una fotografía conmemorativa de estos 25 años, presagio de una brillante trayectoria futura.