El Concurso Campus Emprende premia la idea empresarial de la profesora de la UBU Sonia Marcos y el prototipo de reactor de Gonzalo Salazar se pone de ejemplo en un libro
La universidad es el espacio ideal para fomentar la investigación y innovación de la que posteriormente puedan sacar partido las empresas y, por extensión, la sociedad en general, máxime en el actual contexto de crisis económica. Las ideas y proyectos de dos docentes burgaleses han sido reconocidos como ejemplos de lo que debe ser la transferencia del conocimiento.
La profesora de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales Sonia Marcos ha logrado el tercer premio del Concurso Campus Emprende 2011, que convocan las consejerías de Educación y Economía y Empleo en el marco de la Estrategia Universidad-Empresa de Castilla y León 2008-2013.
Marcos ha sido galardonada en el apartado de Idea Empresarial por su propuesta para poner en marcha un centro de creación de danza y artes escénicas. «Después de que no se lograra la Capitalidad Europea de la Cultura, me pareció interesante la idea de crear una industria cultural que integrara la formación, la creación artística y la difusión de la danza contemporánea», indicó.
Y es que Sonia Marcos, además de profesora de la UBU, colabora con el grupo Debla Danza y consideró que sería positivo crear este centro para cubrir algunas necesidades culturales de la ciudad. «Serviría para apoyar a los creadores, los artistas o los alumnos de danza», añadió.
Prototipos reales
Por otro lado, el prototipo de reactor capaz de convertir las grasas de las aguas residuales en biocombustible diseñado por el profesor de la Facultad de Ciencias Gonzalo Salazar se ha incluido en un libro titulado Proto-Innovadores: modelos y protototipos anatomía del conocimiento.
Se trata de una publicación de la Fundación Universidades de Castilla y León, en colaboración con Endesa, con la que se pretende divulgar una selección de once prototipos desarrollados por investigadores universitarios de la región como respuesta a necesidades reales de la vida cotidiana.
Todos ellos están listos para su lanzamiento y son un buen ejemplo de cómo se puede transformar el conocimiento universitario en dinero e innovación transferible al tejido productivo.
El reactor lo ha diseñado por el Grupo de Investigación de Biotecnología Ambiental y Depuración de Aguas Residuales y se ha estado probando durante dos años en la empresa Pepsico (Matutano). «Construimos un equipo piloto para depurar las aguas, que hemos instalado en las dependencias de la empresa y perfeccionando a lo largo de estos dos años. Ahora, hay dos opciones: que la empresa compre nuestro prototipo o que los alumnos que han colaborado en su elaboración puedan montar una consultora para instalación de este tipo de reactores», indicó Gonzalo Salazar.
Sin duda, dos ejemplos del compromiso de la UBU con la generación de actividad económica.
Fuente: Diario de Burgos