La profesora de la UBU Esther Ruiz publica un libro para ayudar a los docentes a integrar los sonidos en el aula
La música tiene un gran valor educativo e influye en el ser humano desde el punto de vista físico, emocional y social, lo que la convierte en una poderosa herramienta dentro del proceso educativo. Sin embargo, para que esas potencialidades sean utilizadas en el aula es necesario aplicar unas metodologías y plantear unos objetivos.
La profesora de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Burgos Esther Ruiz acaba de publicar el libro Expresión musical en Educación Infantil (editorial CCS), con el que pretende echar una mano a los docentes de esta etapa y a los estudiantes de Educación para que no se olviden de incluir la música en el aula.
La autora asegura que el desconocimiento de estos métodos hace que la música no se utilice adecuadamente en el aula y no se aprovechen todas las posibilidades educativas que ofrece. «En la Educación Infantil la música se trabaja muy poco y lo poco que se trabaja no se hace con conocimiento de causa. «Quizás debe culparse a la Universidad porque los planes de estudios de Maestro de Educación Infantil no contemplan trabajar con la música de una forma profunda. Hay muchos contenidos que dar y no hay tiempo. A la mayoría de los maestros de Infantil les da miedo trabajar la música y este libro intenta suplir esta carencia», apuntó Ruiz.
La publicación está dividida en tres capítulos: importancia de la música en esta etapa, didáctica y métodos a aplicar y cómo trabajar con ellos y ejemplos de actividades musicales para trabajar la percepción auditiva, la formación rítmica y la vocal.
La profesora pone al servicio de los docentes sus conocimientos y asegura que en las aulas de Infantil se puede usar todo tipo de música, aunque no recomienda la comercial porque los alumnos la puede escuchar fuera. «Es importante la educación auditiva porque estamos en una sociedad muy visual y no se trabaja la percepción auditiva, que es fundamental a esta edad, de 3 a 6 años, en la que están aprendiendo a hablar».
En este sentido, Esther Ruiz recomienda hacer un trabajo progresivo empezando por sonidos del entorno que los alumnos puedan aprender y reconocer y luego pasar a los producidos por el cuerpo o por instrumentos y reconocer audiciones de música.
El libro plantea diferentes actividades, propone criterios para seleccionar la canción y los pasos a dar para que los niños la aprendan de manera adecuada. «Lo mismo que un atleta calienta los músculos antes de correr debemos calentar la voz de los alumnos antes de cantar», apuntó.
Fuente: Diario de Burgos