Luis Marcos, director de UBUverde y profesor de Química Ambiental de la Universidad de Burgos.
El 21 de Marzo se celebra desde hace la friolera de 216 años, el Día Mundial del Árbol, también conocido como la Fiesta del Árbol, y a nivel internacional denominado por Naciones Unidas, Día Internacional de los Bosques, una fecha que coincide con el comienzo de la Primavera, el crecimiento de los días y el retorno de la exuberancia de la Naturaleza tras los meses de latencia del invierno; en estos momentos, en que vivimos una aguda crisis sanitaria con motivo de la pandemia del corona virus, y que estamos en la gran mayoría de los casos confinados en nuestros domicilios, de forma que tenemos restringido el acceso directo a nuestro medio natural, puede ser una circunstancia interesante, para acercarnos a conocer un poco más del significado de esta fecha, del papel de los árboles y los bosques en la provincia de Burgos, al tiempo que disfrutar de una serie de recursos relacionados con esta temática, de acceso gratuito, que os facilitaré al final del texto.
Fue en nuestro país, allá por el año 1805, la primera vez que se celebró la fiesta del árbol, debido al impulso de un entusiasta de la Naturaleza, D. Ramón Vacas Rojo, párroco de la localidad cacereña de Villanueva de la Sierra, ubicada en plena Sierra de Gata y equidistante de las localidades de Béjar, Coria y Plasencia, iniciativa que fue rotundamente apoyada por toda la población y que en aquella primigenia ocasión se celebró el 22 de Mayo; este año 2020 los habitantes de Villanueva de la Sierra han realizado su 216 Fiesta del Árbol el sábado 19 de Febrero. En Madrid las primeras fiestas del Árbol se realizaron en 1897, en Barcelona en 1899 y ya en fecha tan temprana como 1915 se instauró oficialmente en toda España mediante Real Orden Ministerial, obligando a cada ayuntamiento a fijar el día de su celebración mediante acuerdo municipal plenario. En 1927, un paisano nuestro, el profesor y sacerdote Salvador Mozo Peña, originario de la recoleta localidad de Mamolar, ubicada en el sureste provincial y lugar donde se ubican las fuentes del Río Lobos, contribuyó a impulsar estas celebraciones de carácter forestal, publicando el libro “El árbol y su fiesta”.
A nivel mundial, tuvimos que esperar al año 2012, en que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de marzo como Día Internacional de los Bosques, siendo 2013 el primer año en celebrarlo oficialmente. Esta celebración es organizada a escala mundial por el Foro de las Naciones Unidas para los Bosques, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y la Asociación de Colaboración en materia de Bosques.
Mediante la celebración cada año del Día internacional de los Bosques, se rinde homenaje a la importancia de todos los tipos de bosques y se intenta generar conciencia al respecto. Cada vez que se celebra el Día Internacional de los Bosques, se alienta a los países a adoptar iniciativas en el plano local, nacional e internacional para la organización de actividades relacionadas con los bosques y los árboles, como, por ejemplo, campañas de plantación de árboles. El lema para este año 2020 es: "Bosques y biodiversidad". Como ha expresado el Secretario General de Naciones Unidas, D. António Guterres, “El año 2020 ha sido denominado “Súper Año de la Naturaleza” y debe ser el año en el que invertimos la tendencia de la deforestación y la pérdida de bosques”. La 15ª reunión de la Conferencia de Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, que se celebrará en octubre, tiene por objeto aprobar un Marco Mundial para la Diversidad Biológica después de 2020. Ese marco debe abarcar nuevos y ambiciosos objetivos para proteger la naturaleza y encarar los factores subyacentes de la pérdida de la biodiversidad, así como sólidos mecanismos de aplicación y financiación.
Los bosques cubren alrededor del 30 % de nuestros continentes, y son el hogar del 80 % de todas las especies terrestres. Los servicios ecosistémicos que prestan a la Humanidad son incomparables: los bosques generan el oxígeno que respiramos, fijan el CO2 que provoca el Cambio Climático (absorben alrededor de 2.000 millones de toneladas de dióxido de carbono al año), regulan el ciclo hidrológico y el clima, favoreciendo las lluvias, reteniendo el agua, frenando la erosión y la desertificación y son básicos para la producción de alimentos, medicinas y productos de madera y papel. Los bosques sostienen cuencas hidrográficas esenciales e influyen en el clima mundial y en el régimen pluviométrico.
Sin embargo, a pesar de la delicada función ecológica de los bosques, y de lo beneficiosos que son para la sociedad y economía, es alarmante que sean cada vez más víctimas de sequías inducidas por el cambio climático, y de enormes incendios forestales, como los recientemente vividos en Australia. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible reconoce el papel vital de los bosques para nuestro futuro. La deforestación se debe principalmente a la conversión de los hábitats para la agricultura a gran escala. Incrementar la producción agrícola sin sustituir a los bosques naturales es un desafío clave. La Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales (FRA), coordinada por la FAO, concluyó que el porcentaje de tierras forestales con respecto a la superficie terrestre mundial había disminuido del 31,6% en 1990 al 30,6% en 2015. En 2017, el mundo perdió 15,8 millones de hectáreas de bosque tropical, siendo Brasil, la República Democrática del Congo e Indonesia donde la desaparición de las selvas tropicales primigenias es más intensa.
Este año 2020, el Día Internacional de los Bosques pone de relieve las conexiones entre los bosques y la rica biodiversidad que sustentan. El año pasado, la Plataforma Intergubernamental sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas dio la alarma de que la salud de nuestros ecosistemas estaba declinando a una velocidad sin precedentes y las tasas de extinción de especies se estaban acelerando. Estamos viviendo la denominada Sexta Gran Extinción, y un millón de especies (de las ocho millones existentes) desaparecerán en los próximos años al ritmo que vamos de destrucción de los hábitats, calentamiento global o emisiones de contaminantes al Medio Ambiente. Debemos actuar rápidamente para invertir esas tendencias. Salvaguardar los bosques es parte de la solución.
Los bosques y los árboles generan además unos tremendos efectos beneficiosos para la salud y el bienestar de las personas, liberando determinadas moléculas volátiles positivas para nuestro bienestar físico y emocional, y que potencian nuestro sistema inmune. Los paseos por las masas forestales reducen el estrés y mejoran el funcionamiento de nuestro sistema cardiovascular y respiratorio. Dentro de las actividades que mayor éxito tienen dentro de la programación ambiental de la Oficina Verde de la Universidad de Burgos (UBUverde) se encuentran los “baños de bosque” que nos permiten reencontrarnos con nosotros mismos y con la naturaleza, y disfrutar de sus beneficios para la salud y nuestro bienestar, así como los itinerarios ambientales por los Parques burgaleses, en los cuales, y gracias a nuestros experimentados guías y colaboradores podemos identificar las diferentes especies de árboles y plantas, conocer sus propiedades y mejorar nuestro conocimiento botánico de estos ecosistemas urbanos.
En España contamos con 28 millones de superficie forestal, albergando 7.500 millones de árboles, casi 160 ejemplares por persona, que capturan anualmente el 37% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero de nuestro país y almacenan más de 4.500 millones de toneladas de dióxido de carbono. De todo este plural y diverso ejército de árboles, casi el 20% se sitúa en nuestra comunidad de Castilla y León, siendo Burgos la primera provincia forestal de nuestra región, con 262 millones de árboles, lo que hace que a cada burgalés nos toque la friolera de 750 árboles per cápita… ¡somos unos auténticos privilegiados!. La encina, es el nuestro árbol nacional por excelencia, ya que es la especie forestal más abundante en España, con casi 1500 millones de ejemplares; es también el árbol más presente en el paisaje castellano y burgalés.
Estos meses hemos vivido en nuestro país una singular e interesante experiencia forestal participativa, la Gran Bellotada Ibérica, que muestra la gran devoción popular que tenemos por los árboles en nuestro país, de la que ha formado parte la Universidad de Burgos, y que mediante la autoorganización de pequeños grupos de personas, pretende la recogida y plantación de 25 millones de bellotas (encina, roble, alcornoque, quejigo…). Ya se han sembrado casi tres millones de bellotas y en la provincia de Burgos más de cien grupos de personas y colectivos han participado en la recogida y siembra de las mismas.
Este año, la crisis del corona virus y el confinamiento en nuestros domicilios por la declaración del Estado de Alarma, nos impedirá participar en las tradicionales plantaciones de árboles que en un número superior a las 150 se realizan anualmente en nuestra provincia, en estas fechas de finales de invierno y comienzo de primavera. El año que viene tendremos que plantar más, para compensar.
La Universidad de Burgos, a través de su Oficina Verde (UBUverde) ha plantado estos tres últimos años, casi 3500 árboles, en actividades ambientales realizadas por toda la provincia en colaboración con la Junta de Castilla y León, la Fundación Oxígeno, Ecologistas en Acción, Ábrego y numerosos ayuntamientos y colectivos de todo el territorio provincial. Así mismo la Universidad de Burgos, custodia un conjunto de árboles de notable interés en sus zonas verdes, que comparte con todos los burgaleses y burgalesas, tanto en el interior del Hospital del Rey como de las Facultades de Ciencias de la Salud y Humanidades (antiguo Hospital Militar), como del entorno de la Escuela Politécnica Superior (Campus de Milanera y de Río Vena).
Cuando la cuarentena sea innecesaria y podamos disfrutar de la naturaleza, os recomiendo recuperar el tiempo perdido, visitando algunos de los árboles y de los bosques más interesantes y bellos que atesora la provincia burgalesa; sin irnos muy lejos podemos disfrutar en nuestros parques y paseos urbanos de más de 200 árboles singulares (en la guía que ha publicado el Ayuntamiento de Burgos que os enlazo posteriormente, podéis diseñar vuestra propia ruta por los mismos), y en el territorio de la provincia burgalesa, la Diputación de Burgos y la Fundación Oxígeno han elaborado la guía de los 111 árboles singulares. Así mismo os invito a disfrutar con tiempo de algunos de los bosques más atractivos de nuestra provincia: las masas de pinos albares de la comarca de Pinares, las dehesas de robles y quejigos de la Tierra de Lara, los sabinares del Arlanza, los Hayedos de Monte Hijedo y Monte Santiago, los encinares del entorno de Burgos y de la Ribera, etc…
Fotografías: Enrique del Rivero
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