Un total de 26 Grupos de Investigación Reconocidos (GIR) de la Universidad de Burgos han logrado la financiación del programa de ayudas impulsado por la Consejería de Educación de Castilla y León, destinado a fortalecer el ecosistema científico de la Comunidad. Esta iniciativa distribuirá un total de 1,2 millones de euros entre 100 GIR de las universidades públicas de Burgos, León, Salamanca y Valladolid.
Destacados de Amido-Ruca (AMIDORUCA)

Iván Cuesta Segura, David Rodríguez Lázaro, Edgar Ventosa Arbaizar, Gustavo Espino Ordóñez, Daniel Sarabia Ortiz, Miriam Ortega Heras, Carlos Larrinaga González y Mar Jimeno Bulnes son los investigadores principales de los ochos proyectos financiados por el Ministerio de Ciencia e Innovación, dentro de la convocatoria Proyectos de Generación de Conocimiento 2021.

El grupo de investigación AMIDO-RUCA de la Universidad de Burgos, centrado en la química de complejos organometálicos, junto con investigadores de las Universidades de Castilla la Mancha y la Universidad de Girona, han diseñado y sintetizado nuevos complejos de Iridio(III) con ligandos derivados de la β-carbolina para su posible uso, como fotocatalizadores o bien como medicamentos fotoquimio-terapéuticos contra el cáncer.

Un estudio de la Universidad de Burgos ha obtenido resultados significativos al desarrollar y sintetizar nuevos compuestos de iridio para utilizarlos como fotocatalizadores en reacciones químicas, como la oxidación de los sulfuros. Un fotocatalizador es un material que facilita que se produzca una reacción química mediante la acción de la luz. El estudio, publicado en la revista “Chemistry: A European Journal”, concluye que estos fotocatalizadores de iridio son capaces de obtener energía química a partir de la luz solar, por lo que posibilitan llevar a cabo transformaciones químicas de manera eficiente, selectiva y sostenible.

El grupo de investigación Amido y el de Nuevos materiales heterocíclicos y química supramolecular de la Universidad de Burgos (UBU), se han unido para desarrollar un nuevo método de análisis de opiáceos –heroína, cocaína, morfina o codeína- que permitiría a la Dirección General de Tráfico (DGT) saber la cantidad exacta de lo que se ha consumido en los controles que realiza en carretera, algo que hasta ahora no se podía llevar a cabo.