“¿Me compro un eléctrico o uno de hidrógeno? ¿Cuál es mejor? ¿Cómo funciona?", son algunas de las preguntas más frecuentes que recibe Carmen Martínez Alonso, Project Manager en la Asociación Castellano y Leonesa del Hidrógeno (H2CYL), como explicó antes de la conferencia que impartió en la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Burgos para explicar el funcionamiento de estos vehículos, incluyendo aspectos prácticos como su autonomía, el proceso de recarga y la infraestructura actual de hidrogeneras en España.
Esta egresada de la Universidad de Burgos y doctora en química computacional especializada en economía del hidrógeno, que actualmente enfoca su carrera profesional a promover el desarrollo del hidrógeno verde en Castilla y León en H2CYL, defiende las ventajas de esta tecnología, como su nula emisión de contaminantes locales –expulsan únicamente vapor de agua, que "no solamente no contamina, sino que limpia el aire"– y su rápido tiempo de repostaje, de tan solo "5 minutos", similar al de un vehículo convencional y significativamente menor al de muchos eléctricos. Martínez Alonso también señaló que su autonomía actual ronda los "600 kilómetros", equiparable a la de modelos de combustión.
En su conferencia también abordó los principios técnicos que rigen estos vehículos, tanto de pila de combustible como los vehículos de combustión interna de hidrógeno, una tecnología que permite adaptar motores diésel o gasolina existentes, aunque con menor eficiencia actual.
Los retos actuales de esta tecnología también fueron puestos de manifiesto en la conferencia, como el desafió que supone la infraestructura de repostaje, con solamente cinco hidrogeneras públicas, situadas en Madrid y Barcelona, “las previsiones apuntan a una notable expansión, con unas 100-150 estaciones planeadas para 2030, separadas por un máximo de 250 km” informó Carmen Martínez. La escasa oferta de modelos - en la actualidad solo existen dos en el mercado español - y su coste elevado, también es otro obstáculo “si bien se espera una reducción de precios con la economía de escala”, aseguró, a la vez que se mostró convencida de que estos dos factores – el despliegue de la infraestructura y la bajada de precios impulsarán la implantación de estos vehículos “si tenemos hidrogeneras, tendremos coches y si tenemos coches, tendremos hidrogeneras”.
Precisamente uno de estos modelos, un Toyota Mirai, de los cuales solo hay 23 en España, cedido para la ocasión, permitió a los asistentes observar de cerca esta tecnología y su funcionamiento. El equipo rectoral, encabezado por José Miguel García, también puedo comprobar de primera mano el funcionamiento del vehículo en la parada que hizo en el Hospital del Rey en su recorrido.
Esta conferencia se enmarcó en una serie de encuentros y sesiones de trabajo que se están celebrando esta semana entre los integrantes de la Asociación Castellano y Leonesa del Hidrógeno. “Somos 78 socios, entre los cuales está la Universidad de Burgos, y hemos conseguido un proyecto europeo de 20 millones de euros para construir el Valle del hidrógeno de Castilla y León”, detalló la ponente.
Sobre el papel de la UBU en esta misión, Carmen Martínez lo calificó de “crucial” para el avance en la implantación de esta tecnología. "La Universidad de Burgos es sin duda líder en tecnología y está a la última en todo el desarrollo del hidrógeno, con instalaciones como el laboratorio H2 Lab", afirmó destacando la necesidad de esta colaboración: "sin el valor y el apoyo de las universidades, todo el hidrógeno no se puede desarrollar y sin la labor de los investigadores, el hidrógeno no va a seguir adelante", concluyó.